Washington. El jefe del Estado Mayor del ejército de Estados Unidos, James McConville, renunció ayer, y deja sin mando oficial una segunda rama de las fuerzas armadas por primera vez en la historia del país, debido a una congelación de nombramientos militares en el Senado, liderada por el congresista republicano por Alabama, Tommy Tuberville, en protesta contra los esfuerzos del Pentágono para facilitar el acceso al aborto de las mujeres militares.
“Dos de nuestros servicios están operando sin un jefe aprobado por el Senado”, lamentó ayer el secretario de Defensa, Lloyd Austin, en la ceremonia de despedida del general James McConville.
“Esta incapacidad para nombrar a los líderes de nuestras armas debilita el estado de nuestra preparación militar”, consideró Austin. Más de 300 nominaciones fueron bloqueadas en el Senado desde hace varias semanas por las argucias legislativas de Tuberville.
El puesto de McConville será asumido por el general Randy George, actual vicejefe de Estado Mayor y quien cumplirá ambas funciones para garantizar la gestión interna. El general de la Infantería de Marina Eric Smith ha sido nominado como próximo comandante, pero está fungiendo de manera interina porque no ha sido confirmado.
Con el cargo interino, los militares mantienen las operaciones, pero no pueden cumplir funciones que requieran confirmación, como presupuestos o planificación.
“Necesitamos a estos líderes para asegurar la preparación de nuestra fuerza”, declaró en la misma ceremonia la secretaria del ejército, Christine Wormuth. Destacó que muchos oficiales y sus familias están en pausa, esperando a ver si se mudan a nuevas bases, estados o cargos.
El Senado puede anular el bloqueo votando cada nominación individualmente, pero ese proceso se hace mucho más largo que el procedimiento habitual.
Congresista republicano, contra abortos en la milicia
Tuberville exige al Pentágono desde la Cámara Alta que ponga fin a su política de asistencia financiera a soldados que deben viajar para abortar, luego de que numerosos estados abolieron el derecho a la interrupción de embarazo tras una polémica decisión de la Suprema Corte el año pasado.
La situación puede empeorar, ya que otros militares estadunidenses de alto rango se preparan para dejar sus puestos, incluidos los jefes de operaciones navales y el del Estado Mayor Conjunto.