Ante la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que estableció una posible violencia política de género en que habría incurrido contra Xóchitl Gálvez, el presidente Andrés Manuel López Obrador cuestionó “que me digan ¿cuál fue la falta? Lo único que planteé fue que la señora, siendo autoridad recibió contratos por mil 500 millones de pesos” y que Claudio X. González la apoyó porque necesitaba quien viniera de abajo, que vendiendo gelatinas llegó a ser empresaria.
“Nada más pido a los del tribunal que me permitan, a ver si puedo, repetir lo que dije, para que la gente juzgue si yo cometí una infracción, si hubo violencia de género”.
Y difundió el video de la conferencia que ya se había ordenado retirar porque aludía a un candidato opositor, donde detalló el presunto acuerdo de González con la oligarquía para impulsar a Gálvez y afirmaba que “ la escogieron porque piensan que van a engañar con una mujer que nace en un pueblo de Hidalgo y que habla de manera coloquial, directa, dice groserías; pero, pues la gente ya no se va a dejar engañar”.
López Obrador consideró un exceso y una injusticia la resolución, porque hay “un afán de culparme”; en su visión no incurrió en ninguna violencia de género.
–Al decir que no se sustenta en sus méritos, sino en la decisión de un grupo de hombres, eso argumentó ella –dijeron periodistas.
–Ah, sí, pero eso aplica para hombres y mujeres. O sea, ¿qué, no le decía yo a Calderón pelele, espurio? Busquen en el diccionario qué es pelele, qué es espurio. O sea, si estuviese yo diciendo una mentira… Pero es sabido, es de dominio público que a ella la impulsaron como lo hubiesen hecho con cualquier hombre, no lo hicieron con –no me vayan también a sancionar porque lo voy a mencionar–, a Creel, porque les pareció que Creel era muy fino, exquisito, fifí, pues. Y que necesitaban engañar, ¿no?, como hicieron con Fox.