La inflación en la canasta básica agroalimentaria cerró julio en 10.2 por ciento, nivel inferior frente al 11.8 por ciento registrado un mes antes, reveló ayer el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
De acuerdo con el monitoreo del organismo privado, la inflación en este conjunto de alimentos continúa su tendencia de desaceleración, pues al cierre de la primera quincena de julio se colocó en 10.7 por ciento.
El seguimiento del GCMA abarca también a las tres principales ciudades del país, dando como resultado que el precio promedio de la canasta básica en la Ciudad de México cayó de una inflación de 11.4 en junio a 9.7 por ciento en julio.
En el mismo lapso, el precio de la canasta básica agroalimentaria en Guadalajara disminuyó de 12.2 a 10.7 por ciento, mientras en Monterrey bajó de 12.8 a 12.3 por ciento.
La inflación agroalimentaria promedio del país ha disminuido de manera importante en los primeros siete meses del año, pues terminó 2022 en un nivel de 15.3 por ciento, el más alto desde que existen registros.
Por segmentos, el rubro de alimentos pecuarios cerró julio pasado con un encarecimiento anual de 4.1 por ciento; destacando el aumento de 9.3 por ciento de leche condensada y 9 por ciento de la leche pasteurizada; seguida por el alza de 6.2 por ciento del huevo. Dichas alzas se vieron compensadas por el 0.8 por ciento de la carne de cerdo.
El GCMA indicó que la menor inflación en este tipo de alimentos es consecuencia de que el precio del maíz en el mercado internacional disminuyó 25.1 por ciento.
En los alimentos basados en granos la inflación anual en julio se ubicó en 12 por ciento, impulsada por un incremento de 46 por ciento en el precio de las galletas; seguido de 18.5 en el bolillo, 12.8 en la azúcar y 11.9 por ciento en las tortillas de establecimiento.
En el segmento de frutas la inflación registrada fue de 3.8 por ciento. Resalta el incremento de 23.7 por ciento de la uva, 16.5 del limón, 16.1 de la guayaba y 13.7 por ciento de la papaya. En tanto, fue evidente la disminución de 21 por ciento en el costo del aguacate y 14.8 por ciento en el precio del mango.
En el sector de hortalizas la inflación anual fue de 10.6 por ciento, impulsada por la variación de 88 por ciento del chile serrano, de 25 del nopal, de 22.5 de la lechuga romana y de 22.1 por ciento de la calabacita italiana; en contraste la cebolla blanca bajó 28.8 por ciento y la papa blanca 7 por ciento.