Nueva York. Podría haber un nuevo aspirante al título de animal más pesado que haya existido en la Tierra. La actual ballena azul ostenta ese título desde hace mucho tiempo, pero los científicos descubrieron en Perú un fósil gigante que podría desplazarla.
Los investigadores describieron la especie, llamada Perucetus colossus, o “ballena colosal peruana”, en la revista Nature publicada ayer. Cada vértebra pesa más de 100 kilos y las costillas miden 1.4 metros de largo.
“Es emocionante ver un animal tan gigantesco y distinto de todo lo que conocemos”, afirmó Hans Thewissen, paleontólogo de la Universidad Médica del Noreste de Ohio, quien no participó en la investigación.
Los huesos fueron descubiertos hace más de una década por Mario Urbina, del Museo de Historia Natural de la Universidad de San Marcos, en Lima. Un equipo internacional tardó años en excavarlos de una ladera rocosa abrupta en el desierto de Ica, región de Perú que en tiempos antiguos estaba cubierta por agua y se le conoce por la abundancia de fósiles marinos. Se obtuvieron 13 vértebras, cuatro costillas y un hueso de la cadera.
Los enormes restos, de hace 39 millones de años, “son distintos de todo lo que yo haya visto”, sostuvo el autor del estudio, Alberto Collareta, paleontólogo de la Universidad de Pisa, en Italia.
Los científicos estudiaron la superficie de los huesos con escáneres 3D y los trepanaron para echar un vistazo al interior. Utilizaron el esqueleto incompleto a fin de calcular las dimensiones y peso de la ballena, comparándola con mamíferos marinos modernos, señaló Eli Amson, otro autor del estudio y paleontólogo del Museo Estatal de Ciencias Naturales de Stuttgart, Alemania.
Unos 20 metros de largo
Estimaron que el gigante antiguo pesaba entre 85 y 430 toneladas. Las ballenas azules más grandes pesan alrededor de 180 toneladas. El cuerpo tenía unos 20 metros de largo. Los cetáceos azules pueden ser más grandes: algunas de 30 metros.
Esto significa que el cetáceo descubierto recientemente es “posiblemente el animal más pesado de todos los tiempos”, precisó Collareta, pero “probablemente no es el más grande”.
Es más pesado que la ballena azul porque sus huesos son más densos, puntualizó Amson. Esta última característica sugiere que pasaba tiempo en aguas costeras. Otros habitantes de esas áreas, como los manatíes, tienen una osamenta también pesada que ayuda a mantenerlos cerca del lecho marino.
Sin el cráneo, es difícil saber de qué se alimentaba la ballena para mantener semejante cuerpo, destacó Amson.
Posiblemente, P. colossus recogía alimentos en el lecho marino o consumía toneladas de krill y otras criaturas diminutas.
Sin embargo, “no me sorprendería si este animal se hubiera alimentado de una manera totalmente distinta que ni siquiera podemos imaginar”, finalizó Thewissen.