Buenos Aires. Representantes de 400 comunidades de pueblos originarios encabezados por los que viven en Jujuy que integran el “tercer Malón de la paz”, llegaron ayer a Buenos Aires, provenientes de la Quiaca, en un recorrido a pie y otros medios, de mil 500 kilómetros, en defensa de sus territorios y recursos naturales y contra la reforma de la Constitución jujeña, que viola las leyes y los derechos humanos.
El primer y segundo “Malón de la paz” sucedieron en 1946 y 2005. En su marcha hacia esta capital los indígenas fueron recibidos en distintas provincias, en especial en Córdoba, desde donde comenzaron a llegar ayer a Buenos Aires, mientras en Jujuy continúan las detenciones políticas, como la de los abogados defensores de las víctimas de la brutal represión de policías y fuerzas parapoliciales que no han podido terminar con la resistencia popular que dura ya más un mes en esa provincia del castigado noroeste del país.
La llegada de la colorida caravana con las banderas como la whipala y de las distintas comunidades, invisibilizadas en todo el país, coincidió con el Día de la Pachamama (Madre Tierra) y los manifestantes realizaron una ceremonia en homenaje a esta fecha. La celebración se realizó en la popular Plaza Miserere (Plaza Once), y lo mismo sucedía en otros lugares del Gran Buenos Aires y el resto del país.
En un cartel con los colores de la whipala se leía: “Pachamama no los perdones, porque ellos saben lo que hacen”. Había también representantes de los mapuches, tan perseguidos en el sur patagónico, porque también ahí los han convertido en “terroristas”, como los calificó Patricia Bullrich, ex ministra de Seguridad del gobierno derechista de Mauricio Macri, para justificar la represión que ha dejado muertos y desaparecidos, sólo por defender sus tierras ancestrales.
La brutal y mal llamada “Conquista del desierto” (1878-1885) fue en realidad un genocidio silenciado por mucho tiempo contra los pueblos que habitaban la Patagonia, adonde ni siquiera habían llegado los colonizadores del imperio español. Acabaron con miles de integrantes de las comunidades mapuche, pampa, tehuelches y ranqueles y ahora intentan exterminar a los sobrevivientes, negándoles el derecho a defender sus escasas tierras. El general Julio Argentino Roca estuvo al frente de las grandes matanzas indígenas y del sometimiento y conversión a esclavos de los que sobrevivían.
Ahora, como dicen sus dirigentes, las comunidades indígenas que han sobrevivido al genocidio cometido en Argentina son las murallas que quedan ante la llegada de las mineras y otras empresas extranjeras, atraídas por el litio, que abunda en Jujuy y en el noroeste del país.
La caravana marchó hacia el Obelisco, en el centro de esta capital, donde los esperaban integrantes de organizaciones sociales y sindicales, así como defensores de derechos humanos, que los acompañaron hasta los tribunales; ahí realizaron un mitin y actividades de sus culturas que perduran desde hace siglos. Demandaron a la Corte Suprema de Justicia resolver la inconstitucionalidad de la reforma del gobernador Gerardo Morales en la Constitución jujeña, pidiendo que el Congreso sancione la Ley de Propiedad Comunitaria Indígena.
También solicitaron la intervención federal de la provincia “por violencia institucional, persecución y detención de manifestantes” tras la represión a las protestas de junio y julio pasados. En un comunicado expresaron todas sus demandas, recordando que fueron los primeros en enfrentar el colonialismo, víctimas desde entonces de crímenes de lesa humanidad que la historia oculta, aunque en estos tiempos hay una fuerte recuperación no sólo en Argentina, sino en América Latina. Emocionaron con sus palabras y sus enseñanzas a su paso por Buenos Aires, donde el clima político es cada día más intenso.
Precisamente Bullrich, precandidata a la presidencia de Juntos por el Cambio, anunció que dejaría en libertad a los militares detenidos por crímenes de lesa humanidad y a los que fueron acusados de violar derechos humanos de los soldados en la Guerra de las Malvinas, provocando las protestas de legisladores y políticos en todo el país.