La estructura de la selección mexicana es como un edificio que se levanta sin una dirección clara. Está armado y en vías de desarrollo un proceso hacia el Mundial 2026 con un consejo de expertos, que no sesionará ni debatirá con los federativos, pero realizará sugerencias a un entrenador que todavía se desconoce.
En ese contexto, los argentinos Gerardo Martino y Diego Cocca dejaron el timón, para que el ex futbolista Jaime Lozano condujera al equipo durante seis partidos hasta la conquista del torneo de Concacaf. Mientras tanto, en la estructura superior de los representativos, el comisionado Juan Carlos Rodríguez anunció la salida de Rodrigo Ares de Parga y la entrada en su lugar de Ivar Sisniega como presidente ejecutivo. “Muchas veces hemos tomado decisiones sólo para tapar baches, por situaciones de urgencia”, dice al respecto Andrés Guardado, ex capitán y cinco veces mundialista.
“La selección está en un proceso de muchos cambios y poca estabilidad. Lo que todos hemos buscado es que exista realmente un plan de trabajo, algo que nos haga ver hacia dónde vamos. Es verdad que la presión mediática es muy grande, pero todos tenemos que ser parte de ese cambio, independientemente de quién esté. En México no estamos acostumbrados a eso. Si estamos pensando en el futuro, me parece que ese es el camino para conseguir grandes cosas”, profundiza.
De visita con el Betis
Retirado de la selección desde la Copa pasada, Guardado está de visita en Guadalajara para celebrar un partido amistoso con el Betis ante el Sevilla. Su regreso produce no sólo recuerdos entre los seguidores del Atlas, club con el que inició su carrera, sino que además aporta otro elemento en la base piramidal anunciada en mayo pasado por el comisionado de la Federación Mexicana de Futbol.
“Necesitamos a alguien que nos entienda y, de cierta manera, que nosotros podamos entenderle a él”, explica sobre el perfil que se necesita en la dirección técnica del Tricolor. “Yo no estoy cerrado en que tiene que ser mexicano. Históricamente creo que la selección nunca ha conseguido algo realmente importante. Hubo una medalla olímpica (Londres 2012), fuimos campeones del mundo Sub-17, pero son cosas puntuales. ¿Por qué no abrir la cabeza a que venga alguien, como se ha hecho en otros países, y que nos empape de cómo se trabaja en otro lado?”
Mientras se discuten los parámetros de elección, el mediocampista de 36 años considera que Jaime Lozano, campeón en la pasada Copa Oro durante un breve interinato, reúne las características necesarias para entender cómo funciona la mente de un futbolista nacional. “He escuchado a ex compañeros que están ahí y se sienten cómodos con Jimmy. ¿Es el ideal? No lo sé, porque nunca he trabajado con él, pero es importante que conozca la idiosincrasia del jugador. En caso de ser otro, podemos pensar en alguien de un nivel internacional muy potente”.
Aunque transita la parte final de su historia en el futbol, Guardado deja para otro tiempo el asunto de su jubilación. Lo único que tie-ne claro es que su futuro no está en el país, como a miles de aficionados rojinegros les hubiera gustado. “Me veo más cerca de retirarme en el Betis que aquí (con el Atlas)”.