El paquete de programas sociales del gobierno federal no está focalizado hacia los hogares de menores ingresos, por lo que el principio presidencial de “primero los pobres” no se está cumpliendo, afirmó Julio Boltvinik, profesor e investigador de El Colegio de México.
Con base en el análisis del Instituto de Estudios sobre Desigualdad, el investigador aseguró que es muy claro que se gasta más, pero una parte creciente de ese gasto no llega a los más pobres, porque los programas sociales no son focalizados.
“El programa más importante de todos es la pensión universal de adultos mayores –en monto, en importancia política y social–, pero el decil que menos la recibe es el I (los hogares de más bajos ingresos del país), con una cobertura de 14 por ciento. La pensión universal llega al 22 o 23 por ciento de los hogares del decil V, VI, VII, por ejemplo. Y el 19 por ciento decil X (los hogares con más altos ingresos), están cobrando la pensión”, detalló Julio Boltvinik a La Jornada.
El economista por la Universidad Nacional Autónoma de México explica que tras desmantelar esta administración el Prospera –programa dirigido a mejorar el ingreso y bienestar de las familias mexicanas en situación de pobreza– se dejaron de atender a muchas personas en esta condición.
Para este segmento sólo quedó la Beca Benito Juárez Básica que recibe 26 por ciento de los hogares del decil I. Ésta es focalizada, pues los porcentajes van descendiendo mientras el hogar tiene más recursos porque viene del padrón del Progresa. La beca está dirigida a los deciles I y II, describe el Indesig, con datos de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (Enigh) 2022.
Boltvinik asevera que en todos los programas que han existido se tienen errores de inclusión y de exclusión. “La mitad de quienes atendía el Prospera no eran pobres extremos. Y aunque sólo atendía a la mitad de los pobres extremos, pues eran gigantescos los errores de inclusión y exclusión, de todas formas atendía a muchos, llegaba a seis millones de hogares”, precisa.
La pobreza mata
La política de proteger a los adultos mayores está muy bien, considera el investigador de El Colegio de México, pero no todas las personas de más de 65 y 68 años son pobres, pues México es un país solidario. Si el viejo ya no puede trabajar por edad o salud, lo acogen en sus hogares los hijos mayores, entonces viven en un hogar que depende de los ingresos del hijo o de la hija, ejemplifica.
También los pobres mueren antes y pocos llegan a viejos. Es una “cruda” realidad porque no tienen acceso a servicios de salud, no tienen buena alimentación, sostiene el investigador. La pobreza mata; y mata a niños y a los viejos. En un hogar con pobreza, un viejo que puede llegar a los 80 años, sólo llega a los 70 años en promedio, enfatiza. Es así que esta falta de programas enfocados a la pobreza en la niñez está malogrando la máxima “por el bien de todos, primero los pobres”, resume Boltvinik.
En 2018, 23 por ciento de todos los hogares que recibían programas sociales (dinero en efectivo) pertenecían al decil I. En 2022, es 9 por ciento. Mientras en el decil X, 2 por ciento recibía la transferencia en 2018 y en 2022 subió a 8 por ciento.
“La única manera de asegurar que todos los pobres reciban todos los programas sociales es darla a todas las personas. No hay manera de focalizar, pero lo puedes recuperar si se cobran impuestos”, dijo Julio Boltvinik.