Bogotá. Convertida en un gran espectáculo mediático, la captura de Nicolás Petro, uno de los seis hijos del presidente, Gustavo Petro, ha desatado en Colombia una tormenta política que promete extenderse hasta las elecciones locales que tendrán lugar exactamente en tres meses.
Petro hijo fue detenido a las seis de la mañana de este sábado en la ciudad de Barranquilla, acusado por la Fiscalía General de enriquecimiento ilícito y lavado de activos, luego de que su ex esposa lo acusara de recibir ingentes cantidades de dinero al calor de la campaña electoral que le dio la victoria a su padre.
Unos días después de separarse de Nicolás Petro, Daysuris Vázquez acudió hace tres meses a uno de los medios más hostiles al presidente, la revista Semana, en la que –en tono melodramático y sin ocultar su rabia por supuestas infidelidades maritales– declaró que su ex esposo aprovechó su parentesco para recibir miles de millones de pesos en aportes que supuestamente irían a la campaña de su padre, pero que en realidad se quedaban en las arcas personales del hoy capturado.
Más allá de lo atractivo que este episodio pueda ser para los libretistas de telenovelas, políticos y analistas locales se centran en las consecuencias políticas derivadas de que un hijo del mandatario de Colombia esté en la cárcel.
Una hora después de la captura de Nicolás, Gustavo Petro señaló: “como padre me duele mucho tanta autodestrucción y el que uno de mis hijos pase por la cárcel”, deseándole “suerte y fuerza”.
Agregó que no intervendrá ni presionará las decisiones de la fiscalía. “Que el derecho guíe libremente el proceso”, subrayó.
De 34 años, Nicolás es el hijo mayor del presidente de Colombia, fruto del primero de sus tres matrimonios. Él y su ex esposa están prisión preventiva.
A río revuelto...
Aunque no hay pruebas que impliquen al presidente en las actividades de su hijo, la captura de Nicolás Petro se convirtió en caballo de batalla de los muy activos sectores de oposición al gobierno, quienes desde temprano tendieron redes para pescar en el río revuelto con el fin de afectar la imagen del jefe de Estado y de ganar puntos de cara a las elecciones regionales del 29 de octubre. Voceros de los partidos de oposición calificaron el episodio como “el mayor golpe recibido por el gobierno del Pacto Histórico”, advirtiendo sobre un posible financiamiento ilegal de la campaña electoral que llevó a Petro a convertirse en el primer presidente de izquierda en la historia de Colombia.
Por su parte, académicos como el profesor universitario Jairo Libreros opinaron en medios locales que “la captura de Nicolás Petro por temas de lavado de activos ensombrece la integridad de la campaña de 2022 y deja una mancha de legitimidad que dificultará la gobernabilidad del presidente”. Las encuestas de las cadenas radiales, así como un recorrido hecho por La Jornada en el centro de Bogotá, confirman esta percepción con una frase que se repite sin matices: “Este gobierno del cambio resultó siendo igual a todos”.
Escuderos en acción
En medio de esta tempestad política anunciada, los principales escuderos del gobierno han vestido sus mejores armaduras para defender al presidente, destacando su actitud de no cuestionar ni interponerse en las actuaciones del Poder Judicial.
Alfonso Prada, ex ministro del interior de Petro, sostuvo que con sus expresiones de respeto a las decisiones judiciales “ha quedado demostrado que usted es un demócrata y defensor del estado de derecho, incluso en las pruebas más duras que cualquier persona pueda pasar”.
Por su parte, uno de los alfiles más activos del gobernante federal, Roy Barreras, subrayó que Petro “ha sobrepuesto su majestad presidencial a su dolor como padre”.
Los seguidores del jefe del Poder Ejecutivo federal también advierten sobre el interés de la oposición de sacar provecho electoral frente a lo ocurrido.
Gustavo Bolívar, ex senador y actual candidato a la alcaldía de Bogotá indicó que “la orden de captura a Nicolás Petro es puro circo electoral que el fiscal Barbosa sabrá utilizar en los meses que le quedan”.
El senador Iván Cepeda redondeó la defensa de Petro con cierta crudeza que le agregó un tono de tragedia griega a la tormenta: “Nunca vi a un presidente denunciar a su propio hijo por actuaciones que pueden ser tildadas de delincuenciales”.
La fiscalía informó que en las próximas horas definirá si Nicolás Petro y su ex esposa deberán continuar en prisión hasta que se defina su situación jurídica o podrán esperar el desenlace de su melodrama en libertad condicionada.