Daniela Olivares, de origen estadunidense, murió en el sur de Texas por meningitis micótica, convirtiéndose en la séptima víctima de esta enfermedad en el vecino país, tras un brote del padecimiento entre personas que fueron intervenidas quirúrgicamente durante el primer semestre de este año en dos clínicas de Matamoros, Tamaulipas. En esta última entidad, las autoridades de salud sólo han reportado un deceso por esta causa.
El 24 de junio pasado el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Texas (DSHS, por sus siglas en inglés), informó que a esa fecha sumaban seis víctimas mortales en Estados Unidos por la enfermedad.
Mientras ayer familiares dieron a conocer el fallecimiento de Daniela, de 29 años, en el Valley Hospital Baptist de Harlingen, donde ingresó hace más de dos meses con síntomas de meningitis.
La mujer, quien era madre de una niña de dos años, se sometió a una cirugía estética el pasado 27 de abril en la clínica River Side, de Matamoros y tras empezar a sentirse mal ingresó al sanatorio texano el 22 de mayo.
Desde entonces Olivares permanecía en la Unidad de Neurología del hospital, pero los médicos no pudieron salvarla ante diversas complicaciones en su salud provocadas por el hongo Fusarium Solani que se presume adquirió por anestesia contaminada.
La clínica River Side, así como la K3, de Matamoros, fueron clausuradas por la Secretaría de Salud estatal el 14 de mayo para investigar una alerta hecha por el Centro para la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos sobre el brote de la enfermedad en personas que se habían realizado cirugías en ambos sitios.
A finales de ese mes, la Organización Mundial de la Salud detalló que de acuerdo con la investigación realizada, un total de 547 personas se sometieron a dichos procedimientos, entre enero y mayo de este año, en los establecimientos mencionados; “304 (56 por ciento) residen en México, 237 (43 por ciento) en Estados Unidos y una en Canadá”. A todos ellos, dijo, se les daría seguimiento por parte de las autoridades sanitarias de ambos países.
Recomendó “la continuación de los análisis de laboratorio, la identificación de los casos y la atención clínica, el seguimiento de las personas potencialmente expuestas, la investigación para identificar el agente, la fuente, el vehículo y la vía de transmisión, la aplicación de medidas para prevenir nuevas infecciones y la mejora de las medidas de prevención y control”.
Desde mediados de mayo se abrió una investigación por parte de la Fiscalía de Justicia de Tamaulipas para deslindar responsabilidad, pero hasta el momento no hay ningún detenido. La anestesióloga responsable de las operaciones, Karina N., es investigada, pero lleva su defensa en libertad.