La escena mexicana de arte sonoro es hoy una de las más potentes en el mundo, reconocida así por otros países, expresó Francisco Javier Rivas, director de la Fonoteca Nacional, durante el anuncio de los resultados de la convocatoria Ecos sonoros: Red de creación. Los 30 proyectos postulados se mostrarán dentro de la programación de Ecos de agua, exhibición multidisciplinaria que tendrá lugar del 3 al 27 de agosto en el Centro Nacional de las Artes, la Fonoteca Nacional y el Complejo Cultural Los Pinos. Los artistas participantes provienen de diferentes estados del país.
Helena Braujnstain, curadora del programa junto con Emiliano López Rascón, dijo que la exhibición se realizó a lo largo de ocho meses y tiene que ver con gran variedad de enfoques, formatos, soportes e ideas. Aunque se trata de obras sonoras, en la mayoría de los casos el material es audiovisual, porque explora también ese ámbito, indicó.
Para las residencias, efectuadas en las tres sedes, se contó con un equipo de asesores integrado por artistas con distintas especializaciones: Aurora Oliva, Fernando Vigueras, Nonis Prado e Israel Martínez.
Para Vigueras, los trabajos plantean cómo se concentra el escucha en el concepto del agua, “no sólo como un elemento presente, sino también ausente, o parte de un entorno y su ritualidad en el vínculo con las comunidades. Hay una serie de perspectivas que enriquecen este diálogo, ya que se trató de entender el agua desde el aspecto sonoro. Eso abre una posibilidad con muchas salidas para pensar en soluciones sobre este problema que nos atañe a todos. Los proyectos equivalen a una especie de respuesta ante esta problemática”.
El espíritu del programa consistió en que los artistas, creadores del sonido, salieran “a sus territorios, a sus comunidades, a escuchar qué pasa, qué suena. A encontrar ese eco donde no necesariamente suenan sus voces, sino las que encuentran”, puntualizó Rivas.
Las obras producidas van desde la expresión sonora o acusmática, hasta las plásticas, audiovisuales y performativas, realizadas con diferentes técnicas, estilos, materiales y tecnologías. También se muestra el resultado de procesos de investigación traducidos en productos documentales diversos, como pódcast, ensayo audiovisual, publicación o piezas artísticas creadas a partir de dichos procesos.
Vania Fortuna, una de las postulantes, presente en la presentación, explicó que su instalación sonora, La nieve, es una forma del silencio, una investigación a partir de la dimensión sonora existente en el ecosistema del Paso de Cortés, específicamente en la reserva Izta-Popo, donde está la Comisión Nacional de Áreas Protegidas. Tiene que ver con “los espacios y silencios alrededor del volcán Iztaccíhuatl”. Esta pieza para “medios de realidad virtual” se exhibirá el 10 y 11 de agosto en la Fonoteca Nacional.
Hurakán: Gesto sonoro para títeres y teatrino, de Emmanuel Alejandro Vega, aborda las consecuencias de que el agua mezclada con un líquido “volátil e inflamable” llegue a los mantos acuíferos de su pueblo, Cuautepec Hinojosa, Hidalgo. Los títeres, explicó, están intervenidos con sensores que disparan sonidos con su movimiento. Esta obra interdisciplinaria se presentará el 3 de agosto a las 13 horas en el auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes.
La Casa Miguel Alemán, del Complejo Cultural Los Pinos, albergará del 3 al 6 de agosto la instalación sonora Ial Utsil Abalailén, relato de aproximación al paisaje acusmático de anfibios nativos y espeleotemas naturales de la península de Yucatán, de David Escalante Euán, proviente de Tulum. El artista indicó vía Zoom que la convocatoria le permitió hacer trabajo de campo y registrar paisajes que ya se transformaron.
Homero Fernández, director del Complejo Cultural Los Pinos, dijo que hasta la fecha se han invertido “323 millones de pesos en convocatorias, como parte del Proyecto Chapultepec Naturaleza y Cultura”.
La programación de Ecos de agua se puede consultar en el sitio ecosonoros.cenart.gob.mx.