El embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, afirmó ayer que su gobierno debe incrementar esfuerzos para frenar el tráfico ilícito de armas de Estados Unidos a México, y dijo que este problema, así como la violencia y el trasiego ilegal de fentanilo “son temas difíciles, no se van a resolver en semanas o meses”.
Cada año, alrededor de 200 mil armas ingresan de manera ilegal a México y terminan en manos del crimen organizado, según plantearon esta semana integrantes del gabinete de seguridad del presidente Andrés Manuel López Obrador a representantes de la Casa Blanca, con quienes abordaron temas de seguridad en Palacio Nacional.
Al respecto, el diplomático señaló, en conferencia de prensa: “sabemos que 70 por ciento de las armas que llegan a México de manera ilegal vienen de Estados Unidos”.
Sobre las peticiones específicas que de México a su gobierno para aumentar los decomisos y frenar el tráfico de armas hacia el sur de la frontera estadunidense, Salazar señaló que la administración de Biden está comprometida a incrementar el intercambio de información con México a través del sistema eTrace, que permite rastrear el origen de cada arma, y a elevar el número de agentes en la frontera que combaten el trasiego de armamento.
Destacó que las autoridades de su país investigan a las empresas que han vendido armamento a los traficantes y que “serán juzgadas”.
Añadió que desde junio del año pasado, cuando Biden firmó la ley que convirtió el tráfico internacional de armas en delito grave, se han incrementado en 217 por ciento las investigaciones contra traficantes y se han abierto 206 casos judiciales contra ellos en Estados Unidos.