En mi colaboración anterior presenté algunos de los más significativos cambios que experimentará la población de México en las próximas décadas tanto en el volumen de la población como en la estructura por edad y sexo, en las tasas de fecundidad y en la esperanza de vida, así como en la migración y distribución territorial (https://rb.gy/wquxrx).
Crecer lentamente en el siglo actual y conocer las tendencias demográficas futuras son logros de la política de población de México, con lo cual se abre la oportunidad para planear y anticiparnos mejor a los cambios, para atender paulatinamente las necesidades de los diversos grupos de la población mexicana a corto, mediano y largo plazos.
Como parte de las tendencias estimadas en las Proyecciones de la Población de México 2020-70 es de destacar una tendencia decreciente en la tasa específica de fecundidad de las adolescentes (TEFA). A escala nacional, la tasa sufrió un estancamiento por dos décadas, pero hace seis años empezó a descender de nuevo, en 2012 la tasa era de 77 nacimientos por cada mil adolescentes (15-19 años), de acuerdo con las proyecciones de Conapo en 2023 esta tasa se estima en 60 nacimientos por cada mil adolescentes y se espera que para 2030 la tasa descienda a 55 nacimientos por cada mil adolescentes (8 por ciento menos en siete años). La tendencia decreciente se presentará en todas las entidades federativas, con ritmos distintos. Desde hace varios años la Ciudad de México ha sido la entidad con la menor TEFA, hoy es de 48 nacimientos por cada mil mujeres de 15 a 19 años y para 2030 se espera que esta tasa descienda a 47, momento en que dejará de ser la entidad con la menor TEFA y pase a ser la quinta, con menos del país; se estima que Yucatán será el estado con la menor tasa de fecundidad en adolescentes con 44 nacimientos por cada mil adolescentes en 2030, le seguirán Durango (45), Baja California (46), Colima (47) y Ciudad de México (47). Este año la entidad con la más alta tasa de fecundidad de adolescentes es Chiapas, con 82 nacimientos por mil adolescentes; para el 2030 su tasa descenderá a 75 nacimientos por cada mil, las siguientes, entre las más altas, serán Nuevo León y Coahuila (66), después Tlaxcala (65), Puebla (64) y Michoacán (62). Fuente: Conciliación Demográfica de México 1950-2019 y Proyecciones de la Población de México y las entidades federativas Conapo/2020-2070 . Estas cifras se podrán precisar mejor en el próximo año, cuando Inegi publique los resultados de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica, Enadid, 2023.
Realizar pronósticos sobre el movimiento interno de la población o al exterior es un reto más complejo, los factores relacionados son más diversos y más sensibles a hechos coyunturales (políticos, económicos, de seguridad, etcétera) que pueden modificar las tendencias y los flujos migratorios. Hoy, Baja California Sur, Querétaro y Quintana Roo son las entidades con saldo neto migratorio positivo (SNM, la diferencia entre la población que llega a esa región y la que la abandona), aquellas que atraen el mayor número de personas, los estados donde el volumen de la población crece porque tienen mayor dinamismo económico, demanda de empleos y zonas con atracción turística; para 2030 continuará creciendo el volumen en estas tres entidades, para 2050 Querétaro será la primera entidad en atraer población, Yucatán, el segundo lugar y Baja California el tercero, pero se estima que para 2070 será Yucatán la que ocupe el primer lugar. Por el contrario, las entidades con saldo neto migratorio negativo, donde hay más población que deja su territorio que la que ingresa son: Guerrero, Ciudad de México y Tabasco (2030). Se estima que en los próximos 50 años Guerrero será la entidad que expulsará más población y Tabasco permanecerá entre las tres de mayor expulsión (fuente: Conciliación demográfica de México 1950-2019 y Proyecciones de la Población de México y las entidades federativas Conapo/2020-2070).
Los cambios en la tasa de fecundidad de adolescentes, así como en los saldos migratorios están relacionados principalmente con el marco normativo nacional e internacional, con el desarrollo económico regional, la generación de empleos, el acceso a niveles mayores de escolaridad y de salud en general, y particularmente al fortalecimiento de la educación sexual integral y de servicios de salud sexual y reproductiva. Los proyectos de desarrollo económico sostenible que se están enfocando en las entidades del sur-sureste del país, seguramente tendrán efectos positivos que contribuirán a un mejor equilibrio en la dinámica demográfica de México.
* Secretaria general del Consejo Nacional de Población.
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