Madrid. El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU, por sus siglas en inglés) se atribuyó ayer el ataque de octubre de 2022 contra el puente de Kerch, infraestructura que conecta la península de Crimea –anexada por Rusia en 2014-, con la ciudad rusa de Krasnodar, días después de que fue atacada con drones.
El jefe de SBU, Vasil Maliuk, reconoció finalmente que las fuerzas armadas del país fueron las responsables de la explosión en el puente que dejó tres muertos, según el Comité de Investigación de Rusia.
La infraestructura, a cuya inauguración en 2018 asistió el presidente ruso, Vladimir Putin, volvió a ser objeto de un ataque el pasado día 17, lo que dejó dos muertos, ataque que también reivindicó el SBU.
Por otra parte, el ejército ruso declaró que repelió un gran ataque ucranio en el cual participaron cientos de soldados cerca de Oríjiv, en el sur de Ucrania, una de las zonas donde Kiev lleva a cabo una lenta contraofensiva desde principios de junio.
Según el ministerio ruso de Defensa, las fuerzas del país invadido llevaron a cabo “intensas operaciones ofensivas” el miércoles por la mañana cerca de Oríjiv, en la provincia de Zaporiyia.
El empuje principal de la contraofensiva de Ucrania de casi dos meses ahora está en marcha en el sureste del país, afirmaron dos funcionarios del Pentágono, en condición de anonimato, al diario The New York Times.
En este contexto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó a su gobierno comenzar a compartir pruebas de presuntos crímenes de guerra rusos en Ucrania con la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya.