Moscú. La capital rusa volvió a ser ayer “objetivo militar” para Ucrania, aunque Kiev no reivindicó ni éste ni los anteriores ataques de similares características, ya el cuarto en Moscú desde que cayó un aparato aéreo no tripulado sobre la cúpula del Palacio del Senado en el Kremlin en mayo anterior, cuando los sistemas de defensa radioelectrónica rusos, sobre las 4 de la mañana, desviaron de su ruta dos drones que todo indica tenían como blanco importantes instalaciones del ejército local.
El ministerio ruso de Defensa reportó a primera hora de ayer haber impedido “un intento del régimen de Kiev de perpetrar un ataque terrorista con dos aparatos aéreos no tripulados contra instalaciones en el territorio de Moscú”, al tiempo que la cancillería lo calificó de “acto de terrorismo internacional”, mediante una declaración formal.
“Consideramos que la jefatura político-militar de Ucrania usó de nuevo métodos terroristas para intimidar a la población civil”, sostiene el ministerio de Relaciones Exteriores, y advierte que Rusia “se reserva el derecho de adoptar drásticas medidas de respuesta”.
Para la diplomacia rusa, “detrás de esta descarada acción de los neonazis ucranios emerge la intención de Occidente (Estados Unidos y sus aliados) de agravar la situación”.
Un dron cayó en el techo de un edificio de la Universidad del Ejército, en la avenida Komsomólskaya, a tan sólo 500 metros de la sede del ministerio de Defensa, donde se encuentra el Centro de Coordinación de la Operación Militar (en Ucrania). En esa zona, dentro del campus, están las oficinas de la dirección general de guerra cibernética del GRU (siglas de la Inteligencia Militar rusa).
El otro artefacto impactó en los dos últimos pisos de un centro de negocios en construcción en la calle Lijachov, en el sur de la capital, y al parecer seguía una trayectoria de vuelo que podría tener como destino el cuartel general del Estado Mayor del ejército ruso, en el suroeste moscovita.
La agencia RIA Nóvosti menciona, con base en una fuente anónima de los servicios de emergencia, un tercer artefacto –cuadricóptero sin explosivos– que habría caído en un cementerio de Zelenograd, ciudad satélite de Moscú al noroeste.
De forma paralela, Ucrania volvió a lanzar ayer un ataque con 17 drones sobre Crimea. El ejército ruso asegura haber derribado tres aparatos aéreos no tripulados y desviado de su ruta con recursos radioelectrónicos 14 artefactos (dice que 11 cayeron en el mar Negro, y tres en territorio de Crimea).
El gobernante interino de la anexionada península, Serguei Aksionov, confirmó que “los bomberos están trabajando sin descanso para apagar el incendio que se ocasionó en un depósito de municiones en la región de Dzhankoi”, cuyas imágenes en las redes sociales ucranias, y los comentarios que las acompañan, sugieren que el fuego se debió al impacto de uno de los drones o de sus fragmentos, de haber sido interceptado.
De nueva cuenta, por precaución, se suspendió provisionalmente el tráfico ferroviario en Dzhankoi y se cerró la carretera que une esta localidad con Simferópol, al tiempo que Aksionov ordenó evacuar a los habitantes de todos los poblados en un radio de cinco kilómetros.
Agresión a puertos en el Danubio
Por su parte, también de madrugada, Rusia atacó por primera vez dos puertos fluviales ucranios, a contados kilómetros de la frontera con Rumania y Moldavia, en el río Danubio, el cual está siendo considerado una de las rutas alternativas para transportar los cereales ucranios, toda vez que el mar Negro se convirtió en zona de conflicto tras suspender Rusia las garantías a la navegación.
La fiscalía de Ucrania precisó que, como resultado de la incursión con 15 drones de fabricación iraní Shahed-136, en Reni e Izmail, al menos seis personas resultaron heridas, cuatro de gravedad, a la vez que cuatro silos con granos, así como depósitos de aceite y combustible y un edificio administrativo quedaron destruidos o dañados.
“En esta ocasión, al atacar las terminales de Reni e Izmail (puertos fluviales en el Danubio) ellos (los rusos) de verdad están intentando limitar las exportaciones ucranias de cereales. El Danubio (en las condiciones actuales) es una ruta clave para exportar con capacidad mensual de más de 2 millones de toneladas”, escribió en Twitter Andrei Sizov, analista de la compañía SovEkon.
Sin embargo, en opinión de otros expertos, esa ruta resulta insuficiente para compensar los volúmenes de granos que se enviaban desde tres puertos ucranios por el “corredor humanitario”, facilitado por la iniciativa alimentaria del mar Ngero, auspiciada por Turquía y Naciones Unidas, y –a la vez– esta vía ahora cerrada es menos relevante que otras que dispone Ucrania para sacar sus granos.
“Desde mayo de 2022, las rutas terrestres auxiliares a través de Moldavia y los países fronterizos de la Unión Europea permitieron a Ucrania exportar algo así como 40 millones de toneladas de cereales, aceite y productos relacionados, así como 36 millones de toneladas de productos no agrícolas, que es más que lo que pudo sacar a través de la iniciaiva alimentaria del mar Negro (poco más de 30 millones de toneladas de granos)”, concluyó en un reciente estudio el CEPA (siglas en inglés del Centro de Análisis de la Política Europea, con sede en Washington).