Madrid. El Ministerio del Interior de Libia informó ayer del hallazgo de los cuerpos de cinco migrantes subsaharianos en una zona cerca a la frontera con Túnez, cuyo gobierno ha recibido contundentes críticas por devolver a los indocumentados en condiciones inhumanas.
Las autoridades libias, que encontraron los cuerpos en el patrullaje de las fuerzas de seguridad para asegurar las fronteras occidentales, anunciaron que se abrió una investigación.
Decenas de migrantes se encuentran varados en la frontera entre ambos países, puesto que las autoridades tunecinas han trasladado a muchos de los que se encontraban en la ciudad portuaria de Sfax de forma forzosa a zonas “remotas” del desierto sin agua y comida.
Este mes, la Unión Europea y Túnez han firmado un acuerdo por el cual el país del norte de África se compromete a cooperar en materia migratoria, para evitar que más indocumentados lleguen a Europa, a cambio de un paquete de ayuda financiera que se estima en unos 900 millones de euros.
ONG han acusado al gobierno tunecino de alentar una campaña de violencia contra los migrantes subsaharianos que usan al país como trampolín para alcanzar Europa.
La semana pasada, el Comité Nacional de Derechos Humanos de Túnez externó su preocupación por los recientes informes sobre la muerte de personas que fueron trasladadas al desierto en la frontera con Libia.
“Estas víctimas, que pasaron por un sufrimiento inhumano, estaban entre los migrantes que fueron transferidos por las autoridades tunecinas hacia la frontera”, aseguró la organización a la agencia estatal libia LANA.
En respuesta, el secretario del Observatorio Tunecino para los Derechos Humanos, Mustafa Abdel Kabir, negó estas acusaciones y expresó que el ejército de “protege las fronteras” y “entrega ayuda humanitaria” a los migrantes dentro de su territorio.
Agregó que la entrada al país sólo es posible mediante las vías legales.