Si nada resolvió en los 4 años y medio que despachó en la oficina principal de la Secretaría del Trabajo, ¿por qué procedería en sentido contrario ahora que, desde el 19 de junio, hace lo propio, pero en la Secretaría de Gobernación, no obstante la puntual cuan reiterada instrucción presidencial de resolver un conflicto obrero-patronal que está por cumplir 16 años?
Las tres huelgas mineras iniciadas el 30 de julio de 2007 (Cananea, Sonora; Sombrerete, Zacatecas, y Taxco, Guerrero) a punto están (el próximo domingo) de cumplir 16 años sin que ninguno de los tres gobiernos involucrados en ese periodo ( Borolas, Peña Nieto y López Obrador) resolvieran el conflicto. De los dos primeros ni duda cabe, porque despachaban como gerentes de la oligarquía y su labor fue defender sus intereses. ¿Pero, el actual?
Cierto es que Andrés Manuel ha sido re-ceptivo de las peticiones de los mineros e insistente en cuanto a girar instrucciones para resolver las tres huelgas: primero, desde mediados de 2019, a Luisa María Alcalde, como titular de la Secretaría del Trabajo; después, ante la inac-ción de aquella, en enero de 2022 a Adán Augusto López Hernández como cabeza de la Se-cretaría de Gobernación, y en ambos casos el resultado fue el mismo: cero, en casi cuatro años.
¿Cuál fue la instrucción que el 29 de julio de 2019 giró el presidente López Obrador a la en-tonces titular del Trabajo? “A más tardar en 10 días, instalar una mesa de negociaciones entre el sindicato minero y Grupo México para resolver las tres huelgas”. Dos años y medio después, ante la inacción de Alcalde, el mandatario giró la misma orden, pero al titular de Gobernación, y las demandas de los mineros siguen sin solución. Al menos Adán Augusto hizo como que instalaba la citada mesa, pero no pasó de allí.
En su gira más reciente por Sonora, el 16 de julio, López Obrador atendió las peticiones de un grupo de mineros de la sección 65 (Cananea), que expuso que la ya famosa mesa de negociaciones brillaba por su ausencia. Receptivo, en ese mismo momento el mandatario se comunicó con la titular de Gobernación para saber qué pasaba y le reiteró la instrucción de atender a los huelguistas. Alcalde se comunicó con la dirigencia minera y la citó el 19 de julio a las 18 horas. Poco después dijo que no, que mejor el día 20 a las 18:30, sólo para aplazar la reunión para el viernes 21 a las 10:30, fecha en la que puntualmente acudió la representación obrera en Bucareli, que esperó una hora y media y la titular nunca apareció. Corrido el tiempo en su lugar llegó personal de su equipo, sólo para escuchar sin comprometerse a nada, lo que resultó no sólo decepcionante sino una tomadura de pelo.
López Obrador ha cumplido, pero ni lejanamente lo han hecho sus operadores en Trabajo y Gobernación, y todo indica que los mineros huelguistas llegarán al aniversario 16 sin solución alguna, con Germán Larrea envalentonado, porque sabe que la autoridad no reacciona. Cuando el mandatario cambió de titular en Bucareli comentó que “no es buena la relación entre Napoleón Gómez Urrutia y Luisa María Alcalde; no se entendieron bien, son cuestiones de criterio”. Bien, pero no se trata de amistad o empatía, sino de un asunto legal que debe resolverse. El sexenio está por concluir ¿y las huelgas mineras se quedarán así, sin solución, sin que la autoridad haga lo que le corresponde?
Lo anterior, sin olvidar que, en el contexto del Mecanismo de Respuesta Rápida del T-MEC, Estados Unidos solicitó al gobierno mexicano revisar la situación en la mina San Martín, en Sombrerete (concesionada a Larrea) por la sistemática violación del derecho a huelga, a la libertad sindical y a la negociación colectiva de los trabajadores. ¿La solución vendrá de afuera?
No es coincidencia: sólo tres días después de que Luisa María se mudó a Bucareli, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje resolvió que el sindicato minero es el titular del contrato colectivo de los trabajadores en esa misma mina, San Martín, lo que debe hacerse extensivo a Cananea y Taxco.
Entonces, ¿qué pasa con Luisa María Alcalde? ¿Será que teme al oligarca Larrea o, tal vez, tiene un interés muy fuerte que la lleva a congelar la solución, con todo y la reiterada instrucción presidencial?
Las rebanadas del pastel
El juez Brian Cogan ha pospuesto la sentencia de Genaro García Luna y la lleva al 1º de marzo de 2024. ¿Será que, finalmente, el narco funcionario calderonista se animó a encender el ventilador?
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