En el Museo Nacional de las Culturas del Mundo (MNCM), del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), por falta equipo sólo se ha digitalizado 35 por ciento del material que resguarda su fototeca.
“A partir de la pandemia todo se volvió mucho más visual. Si no entramos a la era digital, estaremos perdidos. Por eso es importante adaptarnos a los cambios y superar las adversidades para atraer a nuevos públicos”, dijo en entrevista con La Jornada Joaquín Vega González, encargado de ese acervo.
Explicó que el recinto debería trabajar al menos con tres escáneres especializados y tres computadoras. Sin embargo, el museo sólo cuenta con un aparato que tarda en promedio 40 minutos en realizar el proceso de escaneado de 24 negativos de 35 milímetros.
Desde 2016, la fototeca se enfoca en la organización, conservación, restauración, digitalización, catalogación y difusión de cerca de 100 mil fotografías: 10 mil 528 positivos en blanco y negro, 28 mil 502 negativos en blanco y negro, 6 mil 624 positivos en color, 5 mil 256 negativos en color, 28 mil 835 diapositivas y 20 mil imágenes digitales.
Es “un acervo abierto, pues día con día se nutre de archivos visuales del acontecer cotidiano del museo”, por lo que esa cantidad siempre va en aumento, detalló el fotógrafo.
En el archivo se encuentran, entre otras, imágenes de la salida del acervo para constituir el Museo Nacional de Antropología en Chapultepec; del seguimiento a la entrada de donaciones para el MNCM; el montaje museográfico con que abrió dicho recinto, en 1965; fotografías de los terremotos de 1957 y 1985; imágenes de la visita del presidente José López Portillo y de Eva Sámano, esposa de Adolfo López Mateos, en 1963, y, por supuesto, de las actividades académicas y culturales que se han realizado ahí.
Imágenes históricas
Entre los elementos que enriquecen el acervo se encuentra también la memoria gráfica de la evolución del INAH, que tuvo su sede en el número 13 de la calle Moneda, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Por ejemplo, en la colección, una de las fotografías más antiguas data de 1949; fue capturada en una excavación que se hizo en Ticomán, así como fotografías de las aulas de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
A pesar de que el acceso a la fototeca es libre, el MNCM actualiza su página web para que se abran los espacios necesarios que “permitan la consulta en línea de los acervos documentales de libros, del archivo histórico y de la fototeca”, señaló Vega González.
Desde marzo de 2022, se buscó implementar un proyecto de fotografía en tercera dimensión que permitiera mostrar “las piezas más representativas de las culturas del mundo”. No obstante, para impulsar un proyecto de esta magnitud se requiere de nuevo equipo de cámaras fotográficas, objetivos e iluminación que faciliten el manejo de los archivos en programas especializados, insistió.
Desarrollar esta propuesta “enriquecería la investigación, la custodia de patrimonio y la conservación; también ayudaría para restaurar las piezas, si se dañan, y para tener registros y compartirlos con otros museos del mundo. Entre mejor tengamos catalogadas las colecciones y sus registros, se beneficia el museo en todos los sentidos”, detalló Alejandra Gómez Colorado, directora del MNCM.
Agregó que la digitalización de este material también trae beneficios para la ciudadanía que “no puede venir al museo por problemas de accesibilidad, porque están en el interior del país o en otras partes del mundo; también, por ejemplo, para personas con debilidad visual o capacidades diferentes que requieren algo más específico”.
El MNCM está dedicado a todas las civilizaciones del orbe, del pasado y del presente. Se sitúa en el edificio colonial donde estaba la Casa de Moneda. En 1965 el inmueble fue adjudicado al nuevo MNC, y es el único de su tipo en América Latina.
El inmueble que ocupa el recinto fue objeto de una restructuración museográfica entre 2006 y 2010, en el transcurso del cual se realizaron excavaciones arqueológicas. Actualmente, cuenta con cinco salas de exposición permanentes dedicadas a las culturas antiguas de Oriente Medio y Mediterráneo (Egipto, Levante, Persia, Mesopotamia, Grecia y Roma), China, Corea y Japón, además de una sala sobre la historia del edificio, y 14 áreas para exposiciones temporales.
Desde su fundación, el recinto ha recibido más de 17 mil piezas del mundo, entre textiles, objetos de vidrio, porcelana, fotografías, armas, kimonos, máscaras, joyas y esculturas. Sigue recibiendo donaciones de objetos; uno de los más recientes es el facsímil del libro coreano Jixji.