Madrid. España celebrará hoy sus decimosextas elecciones generales desde el fin de la dictadura fascista de Francisco Franco; es decir desde que restauró la democracia, en 1978, y se formó un sistema de monarquía parlamentaria en el que el corazón de la representación popular está en los 350 diputados del Congreso de Diputados y en los 208 senadores de la Cámara alta.
El actual gobierno, integrado por Unidas Podemos (UP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), liderado por Pedro Sánchez, aspira a la relección después de su victoria en 2019, cuando se integró la primera coalición de izquierdas y que ha afrontado, entre otras cosas, la pandemia del covid-19, la guerra de Ucrania y una dura crisis económica provocada, en parte, por ambos fenómenos.
La jornada electoral de hoy pasará a la historia por las condiciones excepcionales en las que se llevará a cabo: en mitad del periodo estival, electores de vacaciones y en medio de una onda de calor extrema. Se prevé que en algunas ciudades, como las del sur del país, las mediterráneas e isleñas, las temperaturas superarán los 40 grados centígrados. Para la renovación de las Cortes Generales, es decir esos 350 diputados y 208 senadores, están convocados 37.5 millones de electores de todo el país, de los cuales ya ejercieron su derecho al voto unos 2.6 millones, que solicitaron hacerlo por correo precisamente por el periodo vacacional. De ahí que la cifra fuera excepcionalmente alta.
Para el “voto presencial” están previstas 210 mil urnas y 59 mil cabinas, en las que se distribuyeron hasta 85 millones de sobres electorales. Los colegios electorales abrirán a las 9 horas locales y cerrarán a las 20 horas, cuando se podrán difundir las encuestas realizadas a pie de urna, mientras que el conteo oficial de los votos iniciará a las 21 horas, cuando cierren las casillas de Islas Canarias, que tienen una hora menos.
Se espera que esta jornada electoral tenga una participación alta, superior a 70 por ciento, pero en ningún caso llegará a 82, que se registró en los comicios de 1982, los más concurridos hasta ahora.
La alta participación se debe, en parte, a la grave de la situación política, en la que está en juego que por primera vez en la historia reciente, al menos si se cumplen los vaticinios de los sondeos, entre al gobierno central del país una formación política de extrema derecha, Vox, que podría ser clave para que el favorito en las encuestas, el candidato del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, logre formar la mayoría suficiente para la investidura, que está fijada en 176 diputados.
A pesar de que las fuerzas de izquierda, el PSOE y la nueva coalición Sumar, en la que se diluyó Podemos, iniciaron la campaña con malos augurios en las encuestas, en las últimas semanas han logrado movilizar a su fuerza electoral y creen “en la remontada”.
En cambio, el PP, que partía como claro favorito, ha ido de más a menos, acusado por sus rivales y por los medios de comunicación afines a la izquierda de “mentir” de forma sistemática y de tener vínculos con una persona condenada por narcotráfico, Marcial Dorado, amigo de la infancia del candidato Feijóo.
En este escenario, el gobierno de coalición de izquierda se enfrenta al primer escrutinio real de su gestión en los últimos cuatro años, en los que a pesar de la pandemia, de la guerra en Ucrania y de accidentes naturales, como la erupción de un volcán en La Palma, han logrado sacar adelante importantes avances sociales, como el incremento del salario mínimo interprofesional, la revalorización de las pensiones en función de la inflación, o la aprobación de leyes para aumentar los derechos y la protección de las mujeres frente a la violencia de género, con la ley del “sí es sí”.
Este domingo se verá si los electores prefieren continuar con el gobierno de coalición de izquierda, que probablemente tenga que pactar con las fuerzas independentistas catalanas y vascas, o si por el contrario se inclinan por un gobierno de derechas, en el que esté por primera vez una fuerza del cariz del ultraderechista Vox.