Para presentar la denuncia penal por robo, agresiones y daños, Guillermo Barajas y su esposa, Laura Guarneros, vivieron un auténtico viacrucis, ya que les llevó más de seis horas lograr que personal de la Fiscalía General de Justicia (FGJ) los atendiera, luego de que el miércoles alrededor de 50 desconocidos arrojaran los muebles que tenían apilados en la acera al arroyo vehicular y camellón de la avenida Fray Servando Teresa de Mier.
La pareja y sus dos hijos cumplieron ayer 11 días con sus pertenencias que cubren con hules y lonas en la calle, mientras duermen en un vehículo compacto negro, porque la madrugada del 12 de julio un grupo de personas con mazos y palos los despojó de la vivienda de planta baja y un nivel en la que habitaron más de 32 años.
Los agresores no son identificados por la familia, porque como ocurre con las personas que son desalojadas de sus viviendas, se trata habitualmente de un modus operandi, es decir de hombres que contratan para dichas acciones, acompañados por alguien que dice tener una orden judicial de desalojo, que no se identifica ni entrega copia del documento, y en la mayoría de las veces resguardados por policías que los acompañan.
Junto con su esposo de 72 años y uno de sus hijos, Laura relató que a las 8 de la noche del miércoles se presentaron en el búnker para denunciar el segundo acto de agresión en una semana, “pero no nos quisieron recibir la denuncia, nos dijeron que ahí no era, luego que no tenían personal, porque ya estaba de vacaciones y que teníamos que ir al Ministerio Público de Cuauhtémoc 8”.
Allí “tampoco nos quisieron atender, nos dijeron que regresaramos al búnker porque a ellos no les tocaba, pero ya no nos dejamos. Lo malo es que fue una atención deficiente, nos atendieron con una carota”.
Finalmente, lograron presentar la denuncia y salieron de las instalaciones de la FGJ alrededor de las 2 de la madrugada del jueves.
La familia dijo que el miércoles nuevamente fueron víctimas de robo porque los sujetos lograron llevarse ropa y las bolsas de mano de Laura, de 63 años, quien dijo que al tratar de evitar que hurtaran sus pertenencias y que golpearan a una pariente, un sujeto le dio una patada.
Guillermo Barajas, uno de los hijos del matrimonio, dijo que también presentaron una denuncia por fraude procesal luego de que cuentan con un amparo y la notificación de desalojo es contra una inmobiliaria y con dirección diferente.
Junto con su padre, del mismo nombre, insistieron en que cuentan con la documentación que acredita la propiedad de la vivienda que recibió su madre como herencia, además del amparo, por lo que refrendaron que se trata de un despojo y no de un desalojo.
“Tenemos todas las de la ley para ganar por todas las incongruencias que existen en el caso, sólo es cuestión de que no haya corrupción en los juzgados, que todo sea transparente, y seguro que ganamos.”