Guadalajara, Jal., Dos hombres que fueron detenidos por su presunta participación en el atentado con minas terrestres el pasado 11 de julio en Tlajomulco de Zúñiga –hecho que provocó la muerte de seis personas y dejó 15 heridos–, fueron vinculados a proceso penal ayer y se les impuso la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa durante dos años “ante la gravedad de los hechos”.
En tanto, familiares de ambas personas presentaron una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), pues aseguran que los hombres fueron detenidos ilegalmente cuando estaban en la Cruz Verde.
Hasta ahora, la fiscalía del estado ha evitado informar sobre el grado de participación de Samuel N y Sergio Julián N, en el ataque citado, así como el móvil, pero indicó que las indagatorias permitieron reunir datos de pruebas para acreditar “la posible responsabilidad de los dos individuos en estos hechos”.
También para el juez que lleva el caso fueron indicios suficientes para decretar la prisión preventiva y mantenerlos a resguardo mientras se amplían las investigaciones.
A los indiciados se les acusa de homicidio calificado y homicidio calificado en grado de tentativa, delitos cometidos contra representantes de la autoridad, daño en las cosas y asociación delictuosa.
“La fiscalía del estado prosigue con estos trabajos hasta capturar al resto de las personas involucradas y presentarlas ante el órgano jurisdiccional para que estos hechos no queden impunes y salvaguardar los derechos de las víctimas y de la sociedad”, dio a conocer la dependencia estatal.
Familiares acusan arresto ilegal
Ambos hombres fueron arrestados el 12 de julio, un día después de las explosiones, según reportaron familiares de los acusados, quienes presentaron una queja en la CEDH, pues señalaron que fueron detenidos de forma ilegal mientras uno de ellos, Sergio, recibía atención médica, y Samuel acudió a preguntar sobre su estado de salud.
La hermana de Samuel publicó en redes sociales, que ambos son “chivos expiatorios”, pues uno de los detenidos salió herido en las explosiones, mientras su hermano es dueño de un centro de rehabilitación ubicado muy cerca de donde ocurrió el atentado y “estuvo auxiliando en lo que pudo”.