Las demandantes de las cantantes Gloria Trevi y Mary Boquitas (María Raquenel), así como del productor Sergio Andrade advirtieron a la Corte de Glendale, California, Estados Unidos, que “sufrirán un gran daño si se ven obligadas a exponer sus nombres reales en este litigio” en el que acusan haber sido víctimas de abuso sexual cuando tenían 13 y 16 años de edad, y aseguraron que “los demandados ya han demostrado una gran propensión a utilizar las redes sociales por el estatus de celebridad de la acusada Trevi para obtener apoyo para sí mismos mientras denigran las reclamaciones” de quienes han entablado el juicio civil en su contra.
En el escrito presentado ante la Corte de Glendale, la abogada Karen Barth Menzies, y del cual posee copia La Jornada, se menciona que “la acusada Trevi y su esposo Armando Gómez, en repetidas declaraciones aluden o acusan a las demandantes de hacer declaraciones falsas para obtener dinero e ignorar su victimización legítima. (Los señalamientos de la cantante y su cónyuge) son hirientes, por decir lo menos: hurgando en recuerdos traumáticos relacionados con la manipulación emocional de los acusados para perpetuar el abuso.
“Cada comentario público que denigra a las demandantes es un recordatorio de que Trevi tiene el poder, el dinero y la capacidad de manipular ahora, al igual que lo hizo cuando las demandantes eran adolescentes abusadas por ella y los demandados Andrade y Raquenel”.
En su argumentación en contra de que se revelen los nombres reales de las demandantes, la abogada Barth Menzies refiere que “el acoso de los demandados mediante declaraciones públicas (por medio de las redes sociales) sin duda se intensificarán”, por ello solicitó que la identidad de quienes presentaron la demanda civil se mantenga como Jane Doe K.C. 1 y Jane Doe A.H. 2.
En los textos que se analizarán el próximo 28 de julio se hace referencia a que las víctimas tenían 13 y 16 años de edad cuando comenzó el “abuso sexual regular y repetido” e iniciaron “los azotes, el hambre, la privación del sueño, la manipulación mental y otros castigos físicos que obligaron al cumplimiento de los demandantes”.
Se establece que las referencias y datos aportados de acontecimientos ocurridos en California, Estados Unidos y México, permiten documentar “el reclutamiento por parte de Trevi” y “demuestran la estrategia utilizada por los demandados para obtener acceso a las menores y permitir que abusaran de ellas.
En la demanda civil presentada en contra de Trevi, Andrade y Mary Boquitas se reclama una reparación de daños y perjuicios, y las declaraciones juradas de las demandantes “muestran que Trevi actuó con conocimiento, intención deliberada y desprecio consciente por los derechos” de las víctimas.
Barth Menzies señala en su escrito que la Corte “no debe permitir que los demandados consideren ‘irrelevantes’ los hechos que evidencian la interacción y el abuso de Trevi a los demandantes sólo porque no ocurrieron en California” y piden que se consideren los antecedentes de lo sucedido en territorio mexicano, ya que “los depredadores usan su poder e influencia sobre los menores para ganarse la confianza y el acceso a sus víctimas. En este caso, la acusada Trevi utilizó su celebridad y promesa de fama y dinero para reclutar y preparar a las niñas, lo que finalmente llevó a la agresión y el abuso sexuales alegados en este caso”.