Elogiar las cosas que hizo bien Francisco Villa se ha convertido en una de las principales causas de la historiadora Guadalupe Villa Guerrero, nieta del líder revolucionario.
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“Villa se ha ido viendo como en una luz más favorable, pero nunca faltan aquellos que lo siguen denostando. Entonces, siempre digo que mi cruzada en esta vida es hablar bien de las cosas que él hizo, porque son muchas cosas positivas. A lo largo de todos estos años que he estudiado la Revolución y a Villa, sí me ha quedado muy claro que hubo una campaña para desprestigiarlo”, sostuvo la investigadora.
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“Esto no quiere decir que no haya habido actos reprobables, pero tenemos que entender la época, no justificar, pero sí entender, qué es lo que lleva a un personaje a actuar de tal manera.”
Para la investigadora, un aspecto muy importante es nunca ver con los ojos actuales ni juzgar la historia del pasado, “porque antes no existían los derechos humanos, los machos eran machos. Eso lo tenemos que entender, o sea, a lo mejor no estamos de acuerdo, pero pues así fue, ¿no? Entonces, tratar de juzgar con los ojos de ahora esa historiografía o ese modo de ser de una época no nos lleva a nada bueno”.
Doctora en historia de México por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y coordinadora académica de la licenciatura en historia en el Instituto Mora, Guadalupe Villa participó en el conversatorio Otras historias del villismo, organizado por el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (Inehrm).
El acto se realizó como parte de la conmemoración del centenario luctuoso del caudillo, que se cumplió este 20 de julio, con la participación asimismo de los historiadores Pavel Navarro y Ana Salinas Alverdi. Al terminar, fue inaugurada en ese mismo sitio la exposición pictórica Villa, Centauro del Norte.
La nieta del líder de la División del Norte destacó que algo que le granjeó a Pancho Villa la simpatía de la gente en su etapa como gobernador de Chihuahua fue que, a pesar de que nunca había sido administrador, era un hombre pragmático y práctico que resolvía las cosas no pensando en el largo plazo, sino en el momento que se requería.
“Lo primero que hace –explicó– es confiscar las propiedades de los grandes terratenientes como Luis Terrazas y los Creel, y pone en administración esas haciendas, es decir, no las confisca para enriquecerse, sino para que no decayera la producción, siguiera la gente teniendo trabajo y el ingreso de los productos de la hacienda sirvieran para su ejército y ayudar a viudas y huérfanos de la Revolución”.
En un hecho curioso, mencionó, también abarató el precio de la carne de res, porque, aunque Chihuahua es un estado ganadero, la población la consumía poco y más bien optaba por la de cerdo, debido a lo costoso de aquélla.
Guadalupe Villa refutó la idea de que Francisco Villa careciera de ideología, a diferencia de Emiliano Zapata, que tenía el Plan de Ayala, e inclusive Pascual Orozco. Detalló que el líder de la División del Norte, siendo gobernador, mandó a hacer una serie de estudios que, aunque no tuvieron aplicación, hablan precisamente de sus intereses y, por consecuencia, de su ideario.
“Por ejemplo, una ley para la protección del patrimonio familiar; otra para modificar los contratos de aparcería, él mismo había trabajado como aparcero, entonces sabía de qué se trataba; una legislación para el revalúo de la propiedad rústica, porque cuando se detona la Revolución en Chihuahua habían subido mucho los impuestos de las propiedades rurales y la gente pobre no tenía manera de sufragar ese gasto tan grande, y por eso él hace ese estudio”, detalló.
De acuerdo con la especialista, es necesario poner atención a lo que Villa fue construyendo a lo largo de la Revolución, como su ley agraria, por ejemplo, que se pronunciaba por la división de las haciendas, aunque sólo las improductivas, pues consideraba que no por solucionar un problema, se iba a crear otro.
“Entonces, si hay haciendas productivas no se dividen, sólo las que no están productivas. Contrario al programa agrario de Zapata, lo que le interesaba a Villa era crear una sociedad de pequeños productores y de pequeños propietarios, para que sintieran la tierra como suya”, señaló la historiadora.
“Todo lo que hizo en Chihuahua cuando fue gobernador fue muy exitoso. No se quedó en el gobierno, pero dijo: ‘yo me voy a tener que separar para atender las cuestiones de la guerra’, y hubo otros hombres que se ocuparon de dirigir el gobierno, pero, claro, siempre sobre la atenta vigilancia de Villa.”