El 12 de julio, el Parlamento Europeo aprobó una resolución en que lamenta el supuesto “deterioro de la democracia y los derechos humanos” en Cuba, e insta a las autoridades a “poner fin a la política de represión, intensificada en los últimos tiempos”, e incluso “denuncia” el apoyo del “régimen cubano” a Rusia en la guerra de Ucrania.
De manera inmediata, la Asamblea Nacional del Poder Popular, a través de su Comisión de Relaciones Internacionales, hizo pública una declaración en que señala, de inicio, que el Parlamento Europeo carece de la autoridad moral, política y jurídica para juzgar a Cuba, y en la que, a partir de este fundamento categórico, rechaza enérgicamente dicha resolución, porque se considera que difama la realidad cubana, su ordenamiento jurídico y estado de derecho, y por su alto contenido injerencista, en cuanto que violenta el derecho soberano de Cuba a mantener relaciones con otros estados, en estricto apego al derecho internacional.
La respuesta del gobierno de Cuba señala la aplicación de un doble rasero en la emisión de juicios de valor sobre temas a los que ese parlamento no presta atención en el territorio de sus propios estados miembros, y en otras partes del mundo, y como muestra significativa se menciona su silencio cómplice en torno al resurgimiento del fascismo, e incluso, podríamos añadir, la llegada al gobierno de partidos abiertamente neofascistas, como en Italia.
En la declaración se comenta que en el debate que sirvió de base para la elaboración del documento del parlamento, se evidenció una fuerte carga ideológica de un grupo de eurodiputados conservadores y de la extrema derecha, relacionados estrechamente con políticos en Estados Unidos, cuyo propósito es entorpecer el curso actual de las relaciones entre Cuba y la Unión Europea, y contribuir al intento estadunidense de aislar a Cuba internacionalmente y de justificar su bloqueo genocida, que tanto daño ha infligido al pueblo cubano por más de 60 años. Se reconoce la postura de eurodiputados que, apegados a la evidencia y la verdad histórica, denunciaron que atentar contra el diálogo y la cooperación en curso es un tributo servil de la ultraderecha europea a la política del gobierno de Estados Unidos contra el pueblo cubano, universalmente rechazada cada año en la Asamblea General de Naciones Unidas. Se sostiene que, además, la resolución del Parlamento Europeo es un atentado contra las empresas del bloque comunitario que invierten en Cuba, o se interesan en hacerlo, y expresa la voluntad de la extrema derecha y de fuerzas políticas afines de privar a la Unión Europea de una política propia e independiente hacia Cuba.
Se alerta que la resolución atenta contra los principios de respeto, inclusión y cooperación con que se pretendió organizar la tercera Cumbre Celac-UE, celebrada en Bruselas el 17 y 18 de julio, y puede ofrecer dudas sobre los objetivos de una Unión Europea que busca relanzar sus relaciones con América Latina y el Caribe. Se hace un llamado a los eurodiputados a respetar el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre la Unión Europea y Cuba, el compromiso de sus estados miembros y la posición de otras instituciones de la Unión Europea, como el Consejo y la Comisión Europea, así como escuchar el sentir de amplios sectores de las sociedades europeas que abogan por consolidar el diálogo y contribuir al desarrollo de intercambios y la colaboración en aras de interés mutuo.
Prensa Latina informó sobre el rechazo de la resolución del Parlamento Europeo por organizaciones de emigrados cubanos radicados en Miami, como la Coalición Martiana; la Asociación Cultural José Martí USA, Radio Miami Today, Pazamor, la Brigada Antonio Maceo, el Círculo Bolivariano y la Alianza Martiana. “Se olvidan esos parlamentarios que nuestra patria no es colonia de España y mucho menos de Estados Unidos”, subrayó la declaración del grupo, firmada por Elena Freyre, presidenta de la Coalición Martiana. Recordaron que desde hace más de 60 años “el pueblo cubano sufre el peor bloqueo de la historia” y, pese a ello, “no ha dejado un solo minuto de enviar médicos y ayuda sanitaria a otras naciones, incluso de Europa. Son sólo calumnias y mentiras las del Parlamento Europeo, pero Cuba no está sola, cuenta con el respeto y admiración de millones de personas del mundo”, concluyó el mensaje. A ese rechazo se unió, la víspera, la membresía del movimiento Women in Struggle (Mujeres en Lucha), que indicó: “Nos solidarizamos con el pueblo y dirigencia de esa Cuba revolucionaria que sí envía ejércitos, pero de maestros, médicos, bomberos y de personal de emergencias”.
Paradójicamente, la resolución del Parlamento Europeo se aprueba en medio de una grave crisis política en Francia provocada por el racismo estructural y la brutalidad policiaca, con tres personas muertas y más de 6 mil detenidos. ¿Derechos humanos?