Afectado por la cautela que persiste en los mercados financieros internacionales, el peso se depreció ayer 1.04 por ciento ante la divisa estadunidense, equivalente a 17.34 centavos, para cerrar en 16.8899 unidades por dólar spot. De acuerdo con el Banco de México (BdeM), el tipo de cambio operó entre un máximo de 16.9170 unidades y un mínimo de 16.8070.
Antes del anuncio de política monetaria de la Reserva Federal (Fed) el próximo miércoles, el dólar se fortaleció frente a sus principales cruces internacionales. Los inversionistas descuentan que el banco central estadunidense suba la tasa de referencia en 0.25 puntos porcentuales el próximo 26 de julio, pero persisten las dudas sobre la reunión de septiembre.
El mercado laboral estadunidense sigue fuerte, lo que incentiva el consumo y los riesgos geopolíticos que pueden incrementar los precios de los alimentos, sobre todo por el enfrentamiento entre Rusia y Ucrania que está regresando al plano de preocupaciones entre los inversionistas, con los ataques y cancelaciones de acuerdos que ponen en jaque la cotización de las materias primas alimenticias en el mundo.
El Nasdaq terminó con una caída de 2.05 por ciento, a 14 mil 63.31 unidades, mientras el S&P 500 cayó 0.68 por ciento, a 4 mil 534.87 puntos. El promedio industrial Dow Jones fue un valor atípico, con un aumento de 0.47 por ciento, su novena jornada de ganancias consecutivas, gracias a los bancos y un aumento de Johnson & Johnson, que reportó ayer sólidas ganancias.
En México, el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) cerró con una pérdida de 0.33 por ciento, a 53 mil 561.37 unidades, en donde cuatro de los ocho sectores que cotizan en la Bolsa mostraron pérdidas, destacando el consumo discrecional, con una caída de 1.47 por ciento; industriales, 1.35; servicios de comunicación, 0.66, y financieros, 0.64 por ciento.
El WTI cerró la sesión ganando 0.37 por ciento, cotizando en 75.63 dólares por barril. Las presiones al alza para el precio del petróleo se debieron a los esfuerzos de Arabia Saudita y Rusia para reducir los niveles de producción, lo que puede llevar al mercado de petróleo a enfrentarse a un déficit durante la segunda mitad del año.