A ocho días de que un grupo de sujetos irrumpiera con violencia en el domicilio de Guillermo Barajas, de 72 años, para despojarlo de la vivienda que habitó por más de 32 años, ubicada en avenida Fray Servando Teresa de Mier 293, colonia Tránsito, la tarde de ayer se presentaron de nuevo unos 50 sujetos para aventar sus pertenencias que aún se encontraban en la banqueta.
A las 14:30 horas los desconocidos aprovecharon que él no estaba resguardando sus cosas para aventarlas hacia la avenida.
Al igual que la madrugada del 12 de julio, cuando lo sacaron de su casa, que consta de planta baja y un nivel, propiedad de su esposa Laura Guarneros, de 63 años, los hostigadores gritaban y arrojaban las pertenencias sobre la avenida Fray Servando y al camellón, sin que interviniera alguna autoridad, a pesar del paso de automóviles, camiones y motocicletas.
Don Guillermo relató que estaba a unos metros comiendo cuando se percató de los hechos, por lo que junto con sus familiares pidieron auxilio al 911, pero la policía nunca llegó.
Por falta de atención de las autoridades y el lento avance en la denuncia que presentó por el delito de despojo ante la Fiscalía General de Justicia hace una semana, el septuagenario junto con sus familiares y amigos decidieron bloquear por algunos momentos el tránsito vehicular en esa avenida, casi esquina con Francisco Javier Clavijero.
Expresó su molestia porque llegó personal de concertación política del gobierno capitalino, “pero nos vinieron a decir que quitáramos nuestras cosas de la vía pública cuando nosotros no las arrojamos”.
Don Guillermo insistió en que cuenta con la documentación que acredita que su esposa es propietaria del inmueble que recibió por herencia de su padre en septiembre de 1985, y denunció que lo que sufrió “fue un despojo y no un desalojo”.
Recordó que promovió en marzo un amparo después de que recibieron una notificación de Antonio Valle Alvarado, a quien desconocen, en contra de la Inmobiliaria Anita y Eloisa SA de CV, a la que ordenaban desalojar un domicilio de la colonia Esperanza.
Es decir, que el predio es de su esposa y no de la inmobiliaria, además de que se ubica en la colonia Tránsito y no en la Esperanza.
En estos días, don Guillermo ha decidido quedarse a dormir en un vehículo que estaciona en uno de los accesos a la gasolinera que colinda con su casa. La noche de ayer, él y su esposa fueron atendidos en una mesa de diálogo por personal del gobierno local, cuya reunión seguía hasta el cierre de la edición.