Gandhinagar. El presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, advirtió este martes que las divisiones entre países ricos y en desarrollo amenazan con agravar la pobreza.
“La frustración del Sur Global es comprensible. De muchas maneras están pagando el precio de nuestra prosperidad. Y aunque deberían contar más, les preocupa que los recursos prometidos se desvíen a la reconstrucción de Ucrania”, dijo Banga en el último día de la reunión de los ministros de Finanzas del G-20.
Esos países “temen que la pobreza arrastre a otra generación”.
Muchas economías siguen recuperándose del doble impacto que supuso la pandemia y luego la invasión rusa de Ucrania, que en un primer momento hizo subir los precios de los carburantes y de materias primas.
Al mismo tiempo, los efectos del cambio climático global empeoran la situación de las naciones más vulnerables.
Sin acuerdo sobre restructura de deuda
La reunión del G-20 concluyó con escasos avances sobre la restructuración de la deuda de los países más vulnerables.
China –principal prestamista de numerosos países de bajos ingresos de Asia y África– se mostró reacio a un acuerdo sobre este punto.
El ministerio chino de Finanzas dijo que los acreedores multilaterales deberían manejar la deuda “siguiendo el principio de la acción común”, y que el G-20 debería “analizar objetivamente las causas de los problemas de endeudamiento que sufren los países vulnerables”.
Para la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, el proceso de restructuración de la deuda “necesita ser más rápido y más eficaz”, ya que los costos del atraso para encontrar un acuerdo afectan sobre todo a los países deudores y su población.
Más de la mitad de los países pobres están sobrendeudados o cerca de estarlo, el doble que en 2015, alertó la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.