En el pasado Mundial en Qatar, el centrocampista Luis Chávez marcó un gol de tiro libre frente a Arabia Saudita que fue considerado una obra de arte. El zurdo ensayaba remates con ese sello desde que estaba en Pachuca. En cada intento en simultáneo con el salto de la barrera, la pelota conservaba una fuerza capaz de provocar un destello y terminar en el fondo de la portería. Aunque México quedó fue-ra en primera ronda, más de un club europeo intentó sin éxito alcan-zar el alto costo de su carta. Chávez entendió que no era su momento, pero en los Tuzos siguió fluyendo esa música afinada entre su pierna izquierda y la pelota.
Después de meses de continuar su carrera en la Liga, el jugador de 27 años observa que su futuro puede estar en el futbol de Rusia con el centenario Dinamo de Moscú, equipo más antiguo del campeonato local. Aunque restan detalles en la operación, el presidente del Pachuca, Armando Martínez, explica a La Jornada que la salida del jugador forma parte de una filosofía institucional que apunta a ser el principal semillero de América Latina y otras partes del mundo.
“Ese es nuestro ADN. Cuando creemos que el jugador ha cumplido un ciclo y tendrá un beneficio en otro club con un nuevo contrato, tratamos de apoyarlo”, señala Martínez sobre el modelo de gestión que impera en el cuadro hidalguense. “Nos han llegado ofertas en momentos que creemos no son los adecuados y con mucho esfuerzo las rechazamos. No es fácil, pero si no encontramos el sustituto ideal, preferimos esperar y cumplir ese círculo virtuoso que tenemos so-bre la producción de jugadores”.
En categorías menores las cuentas les sonríen. Además del multicampeón Hirving Lozano, otros talentos formados en el club –Héctor Herrera, Rodolfo Pizarro, Eugenio Pizzuto y Erick Gutiérrez– cruzaron al continente europeo, impulsados por un proyecto que se ve en muy pocos lugares. En febrero pasado, Chávez estuvo a punto de irse al Feyenoord neerlandés, pero se lo impidió el cierre de fichajes. “Ya no dieron los tiempos”, explica el directivo de los Tuzos, con quien negoció tiempo después la directiva del Monterrey.
“Luis nos dijo que no quería salir del Pachuca, porque tenía claro su sueño de ir a Europa. Ya estábamos arreglados, pero no se trata sólo de vender. Lo que nos preocupa es el ser humano antes que el jugador”. Bajo esa misma premisa, la entidad hidalguense trasladó una nueva oferta de Rayados a las manos del mediocampista, manteniendo como prioridad su salida al extranjero. En ese escenario emergió el Dinamo de Moscú.
Sin Chávez en su plantel debido a la convocatoria de la Copa Oro, el cuadro que dirige Guillermo Almada no pudo ganar en tres jornadas de la Liga (dos empates y una derrota). “Es muy difícil mantener el equilibrio entre los resultados y la producción de jugadores”, acepta Martínez; “por eso el perfil de los entrenadores es muy importante. Tenemos que jugárnosla con los chavos que vamos produciendo, porque si nosotros no les damos esa oportunidad, ¿entonces quién? Esa es parte de nuestra visión: ser un semillero en América Latina y otras partes del mundo”.
Ante la prohibición de FIFA de que equipos rusos participen en Champions y Liga de Europa, mientras ese paíse se mantenga en conflicto con Ucrania, el Dinamo de Moscú conserva dos ventanas abiertas de competencia con la Liga Premier y Copa local. Entre sus tesoros está la imagen del único portero en la historia en conseguir el Balón de Oro (1963), el legen-dario Lev Yashin, apodado La Araña Negra.