Madrid. El pasado 11 de julio, en una de las playas más concurridas de la zona turística de la Costa Daurada de la provincia catalana de Tarragona, apareció a la orilla de la playa el cuerpo sin vida de un “menor de edad de entre seis meses y dos años de edad”. Su estado de descomposición era alto y además estaba decapitado, según informaron los forenses que levantaron acta del cadáver.

A partir de ahí se inició la investigación para saber el origen y la causa de la tragedia, que ahora se desveló: se trata de una niña de sólo seis meses de edad procedente de Argelia, que respondía al nombre de Lilia y que murió junto con tras 16 personas, incluidos sus dos padres, en un naufragio en el mar Mediterráneo el pasado 6 de abril.

La imagen del pequeño cuerpo inerte localizado en la playa de la localidad de Roda de Bará conmocionó al pueblo y al país, no se sabía el origen ni la identidad de la pequeña, tampoco había ninguna denuncia de extravío o robo de un menor de edad de esas características. Todo era un misterio y si acaso había quienes, como el alcalde de la localidad, Pere Virgili, se aventuró a afirmar que se podría tratar de una víctima más del naufragio que había ocurrido a principios de abril en las inmediaciones de la isla de Ibiza, a más de 200 kilómetros de distancia de la costa de Tarragona.

Una vez levantado el cadáver, el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil inició la investigación y se acercó precisamente al expediente del naufragio en las costas baleares, en el que se lograron recuperar algunos cadáveres de la embarcación que había partido el pasado 21 de marzo de la localidad argelina de Cherchell y que habría naufragado con todos sus pasajeros.

La primera noticia de este naufragio fue gracias a la localización de un cuerpo sin vida el pasado 6 de abril, de ahí que se fijara como ese día el de su ahogamiento, y que era el de una mujer que posteriormente fue identificada. Gracias a esos datos se logró cotejar la información genética de la mujer con la del cuerpo de la pequeña de seis meses encontrada en las costas de Tarragona, que confirmaron las sospechas de la policía: se trataba de su madre. Con lo que se confirmó la versión que sostenía que durante el naufragio murieron 16 personas, entre ellos la pequeña Lilia y sus dos padres.

Así lo confirmaron además desde el Centro Internacional para la Identificación de Migrantes Desaparecidos (CIPIMD), que se encarga de buscar, encontrar e identificar a migrantes a petición de familias o instituciones. Y también defendió las tesis de la Guardia Civil, es decir que la embarcación salió de la localidad argelina de Cherchell el pasado 21 de marzo, que naufragó entre la ciudad alicantina de Dènia y las Islas Baleares, que en la patera o pequeña embarcación de madera viajaban 16 personas y que fue hasta el pasado 11 de julio que se encontró el cadáver de la pequeña Lilia.

De los 16 náufragos se han recuperado ya 13 cadáveres; uno de ellos en Cartagena, Murcia, diez en la provincia de Alicante, uno en Ibiza y el de la menor de edad en Roda de Bará. Todos eran hombres, con la excepción de la pequeña Lilia y de su madre, de los cuales cuatro eran del África subsahariana y el resto argelinos.

La organización de ayuda a los migrantes Caminando sin Fronteras presentó recientemente un informe, “Monitoreo Derecho a la Vida”, en el que alertó que al menos 951 personas han fallecido en su intento de llegar a España en patera durante el primer semestre del año y calcula que de ellas unas 778 viajaban por la conocida como la ruta canaria y otras 102 por la ruta de Argelia hacia el Levante o las Islas Baleares. Además alertó que cada cuatro horas y media pierde la vida uno de cada cuatro migrantes y que entre las víctimas hay 112 mujeres y 49 menores de edad, como la pequeña Lilia.