Con ayuda de la Inteligencia Artificial (IA), un equipo de expertos, encabezados por la doctora Úrsula Samantha Morales Rodríguez, busca el rescate del ajolote atigrado, especie endémica y en peligro de extinción, cuya existencia fue posible confirmar en una poza de Tecámac, estado de México, con la aplicación de una novedosa técnica para medir las condiciones físicas y químicas de grandes cuerpos de agua.
Con apenas 30 años de edad, Morales Rodríguez, doctora en ciencias de la computación por la Escuela Superior de Cómputo, del Instituto Politécnico Nacional, destaca que “no fue fácil cursar mi carrera y especialidad siendo la única mujer en el grupo, porque te enfrentas a muchos obstáculos, pero ya no pueden existir campos del saber donde se crea que no hay cabida para las mujeres”.
Especializada en la preservación de cuerpos de agua, con el desarrollo de tecnología computacional que permite tener mediciones precisas de los parámetros fisicoquímicos del agua, señaló que tras conocer de proyectos de rescate de ajolote en el municipio de Tecámac, donde reside, “me di cuenta que tenían evidencia empírica de la existencia de esta especie endémica y en peligro de extinción, pero sin constatarlo por métodos científicos”.
Por ello, narra, “acudí a los habitantes de Santo Domingo Ajoloapan, donde se ubica el jagüey Axalpa, donde desde tiempos remotos se sabía de la presencia del ajolote. Solicitamos los permisos con las autoridades municipales y, con la tecnología que desarrollé, ingresé al cuerpo de agua para hacer las mediciones”.
En entrevista, explicó que “muchas autoridades consideraban que ya no existía el ajolote en ese cuerpo de agua, pero mis investigaciones me decían que había muchas posibilidades de que sí existiera, pese a que se detectó con cámaras subacuáticas que había presencia de carpas, que es una especie invasora que acaba con el ajolote”.
Agregó que con el apoyo del municipio, que encabeza Mariela Gutiérrez, en febrero pasado durante un proceso de limpieza del jagüey, “atorado en una red, constatamos la existencia del ajolote atigrado”.
Sin embargo, lamentó que la colaboración con las autoridades municipales se haya suspendido, por lo que “no hemos podido continuar con las investigaciones para el rescate de esta especie, ni con los proyectos de investigación de mis estudiantes, pues a pesar de las múltiples solicitudes para poder acceder al cuerpo de agua, a la fecha no nos han dado una respuesta”.
Morales Rodríguez destaca que el desarrollo de las ciencias computacionales y la IA puede generar beneficios para la preservación ambiental, campo en el que buscan generar nuevos desarrollos, a fin de “seguir avanzando en el acceso a tecnología novedosa que puede servir a muchos especialistas en la preservación de cuerpos de agua y muchas especies endémicas”.