Integrantes de pueblos originarios de Querétaro, Puebla y estado de México, miembros del Congreso Nacional Indígena (CNI), instalaron un plantón “político-cultural” frente a Palacio Nacional, por alrededor de 12 horas, para exigir alto a los ataques contra las comunidades del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas.
La jornada de lucha se dio en el marco de la Acción Global Del horror de la guerra a la resistencia por la vida, que también se realizó en otros estados, entre ellos Baja California, Morelos, Chiapas, Guanajuato y Morelia, y en países como Alemania, donde simpatizantes entregaron una carta en el consulado mexicano en Frankfurt.
Frente a Palacio Nacional instalaron carpas en las que representantes de pueblos indígenas vendieron artesanías y realizaron talleres de pintura y serigrafía, así como la presentación de diversos músicos.
En las vallas que resguardan el recinto histórico, los manifestantes colocaron pancartas y lonas con mensajes “Contra todas las guerras ‘arte, resistencia y rebeldía’”, mientras en el pavimento se escribió la consigna “Alto a la guerra”.
Condenaron que desde los gobiernos federal y estatal “se minimice la violencia” contra las comunidades zapatistas.
Enfatizaron que mientras las autoridades dirigen su vista “a la nada, los paramilitares se siguen acrecentando”, como la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo, que “asedia a nuestras hermanas y hermanos del EZLN”.
Señalaron que los ataques han dejado heridos graves como Jorge López Sántiz, base de apoyo del EZLN, quien se debate “entre la vida y la muerte”.
Entre los participantes estuvo Alejandro Torres Chocolatl, comunicador indígena e integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua de Morelos, Puebla y Tlaxcala, quien el 30 de junio pasado fue retenido cerca de cuatro horas por presuntos agentes ministeriales de la fiscalía poblana, acusado de cerrar vías de comunicación y obstruir obras en 2019.
Isabel Valencia, de la comunidad indígena otomí, de Santiago Mexquititlán, Querétaro, aseguró que “los pueblos sufren el despojo del agua y territorio de empresas trasnacionales que pareciera que son las que tienen la razón y los derechos”.