México ha creado ya una masa crítica en las industrias automotriz, de software, de dispositivos médicos y aeroespacial que se vuelven un gran atractivo para atraer más inversión extranjera directa (IED), lo cual crea círculos virtuosos, pero el país necesita fortalecer sus capacidades institucionales, destacó José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Sobre el fenómeno del nearshoring, es decir, la relocalización de empresas e inversiones en México, afirmó que las capacidades en la industria automotriz del país para la atracción de inversiones son claras.
En este sentido, el anuncio del proyecto de inversión de 5 mil millones de dólares de Tesla, que tiene previsto construir una fábrica en Monterrey, Nuevo León, pone en evidencia el potencial de la industria para atraer inversiones a México, incluyendo la nueva etapa de electromovilidad.
Destaca también “la importancia de tener ecosistemas maduros, como lo es el de Nuevo León, donde, por ejemplo, se viene trabajando en una iniciativa cluster en el sector automotor desde hace ya muchos años. Esto ofrece importantes oportunidades de ascender en las cadenas de valor y de fortalecer a los proveedores especializados”, aseveró Salazar-Xirinachs.
Nuevas oportunidades
El funcionario detalló que el país tiene importantes fortalezas para continuar atrayendo inversiones. Con relación al tema de infraestructura, en el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación se han propuesto acciones para poner en marcha estrategias que promuevan el uso de combustibles y tecnologías limpias en el país.
“Lo anterior genera oportunidades para la IED en el sector. Bajo criterios regulatorios bien definidos, podrían crearse mejores condiciones que impulsen la IED, lo cual podría redundar no sólo en una mejora en el sistema energético, sino también en apoyar los procesos de descarbonización de la producción, distribución y consumo en el país.”
El reto de atraer y retener IED, que contribuya efectivamente al desarrollo sostenible e inclusivo sigue más vigente que nunca. Hay nuevas oportunidades en una era de reconfiguración de cadenas globales de valor y de relocalización de la producción.