Treinta efectivos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana permanecieron en el acceso principal del Reclusorio Oriente tras la riña entre dos grupos de reos en los dormitorios 5 y 6, que mantuvo la manifestación de sus familiares hasta la madrugada de ayer a fin de evitar cualquier intento de trasladarlos a otro penal.
Aunque disminuyó el número de uniformados, prevaleció un operativo discreto dentro del penal. A las 10 de la mañana se permitió el ingreso de los familiares, que incluyó a quienes no tenían asignado el sábado como día de visita.
Algunos asistentes entrevistados al salir del reclusorio, ubicado en Lomas de San Lorenzo, Iztapalapa, dijeron que no tuvieron restricciones de tiempo para permanecer con los reos y que las medidas fueron las habituales, como no vestir prendas color beige, azul marino, negro o gris, ingresar dinero, celulares, gorras, lentes de sol, computadoras o tabletas, entre otros artículos.
Una mujer que visitó a su hijo en el dormitorio 8 señaló que “todo estaba tranquilo, pero mi hijo me dijo: ‘anda, vete ya, no sea que vaya a pasar otra cosa. Está caliente esto que pasó ayer, no sabemos bien’”.
Indicó: “vengo de trabajar, vengo a las carreras siempre, cada ocho días vengo, siempre le traigo un poquito de pan y leche. Mi hijo me dijo que ya me fuera, que le preocupaba que me fuera a pasar algo, pero está tranquilo”.
Otra mujer señaló que la presencia de policías vestidos de negro hizo que los custodios “que están en la entrada cobrando por todo hoy nos dejaran pasar sin pagar la cuota de 15 o 20 pesos, según lo que se quiera pasar”.
Agregó que cobran por dejar pasar un billete de 500 pesos, un refresco de cola o bien que una mujer lleve pestañas postizas, brasier con varilla o ropa azul claro.
Un vehículo blindado tipo rinoceronte del Agrupamiento Zorros permaneció estacionado en la avenida Reforma, donde también se ubican puestos de comerciantes que por una tarifa de cinco pesos resguardan bolsas, mochilas y celulares de los visitantes.