Los efectos del monzón mexicano, que inició durante la primera quincena de julio, ocasionaron lluvias muy fuertes, acompañadas de descargas eléctricas, granizo y fuertes rachas de viento, en Chihuahua, Durango, Sinaloa y Sonora.
El Servicio Meteorológico Nacional indicó que este fenómeno termina hasta septiembre, por lo que aún se esperan más lluvias fuertes.
Por el momento, las precipitaciones ya generaron deslaves, incremento en niveles de ríos y arroyos, así como desbordamientos e inundaciones en zonas bajas.
Con base en los registros de 1991-2020, el organismo dependiente de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), señaló más del 60 por ciento de las lluvias anuales en el noroeste de México, se presentan de julio a septiembre.
Durante este periodo, el monzón podría ocasionar lluvias acumuladas de 900 milímetros en zonas de Nayarit, de 650 milímetros en porciones de Sinaloa y de 250 milímetros en regiones de Sonora, lo cual proporciona humedad para el desarrollo de la agricultura y recarga de los embalses.
El fenómeno se caracteriza por el cambio estacional en la dirección de los vientos cálidos y húmedos entre el continente y el océano; en el noroeste, los vientos y la humedad proceden del Océano Pacífico y del Golfo de California.
La palabra monzón viene del árabe mausim, que significa estación. Existen cuatro regiones en el mundo donde se generan circulaciones monzónicas, una de ellas es la que se presenta en el suroeste de los Estados Unidos de América y el noroeste de México.