De acuerdo con la muy cuestionable y extremadamente parcial “decisión” de la Unidad Técnica de lo Contencioso del Instituto Nacional Electoral (INE), que preside la consejera (a partir de 2017) Beatriz Claudia Zavala, en México la libertad de expresión no es en ambos sentidos, de ida y vuelta, de unos y otros, sino exclusiva de un solo lado, es decir, a cabalidad la puede ejercer todo aquel que cuestione al Presidente de la República, pero este ni de lejos puede reclamar ese derecho constitucional.
La Jornada (Fabiola Martínez) lo reseñó así: “en respuesta a una queja presentada por Xóchitl Gálvez el lunes pasado, la Comisión de Quejas y Denuncias del INE (al conceder medidas cautelares en una sesión extraordinaria urgente) ordenó al presidente López Obrador abstenerse de opinar sobre temas electorales, porque podría afectar la equidad de la contienda del año próximo”, y la resolución señala que “se ordena al Presidente de la República que se abstenga, bajo cualquier modalidad de formato, de realizar manifestaciones, emitir comentarios, opiniones o señalamientos sobre temas electorales, en especial respecto de aspirantes a algún cargo o fuerzas políticas, ya sea de forma positiva o negativa, cuidando que su actuar se encuentre ajustado a los principios constitucionales de imparcialidad y neutralidad, concluye el proyecto elaborado por la Unidad Técnica de lo Contencioso del INE”.
Pues bien, de acuerdo con esas “medidas cautelares” tomadas en una “sesión extraordinaria urgente”, el mandatario no puede ejercer su libertad de expresión, dada su “investidura y la prudencia discursiva que exige su encargo”, pero sí, y a plenitud, la quejosa, en este caso la (versión oficial) ex vendedora de gelatinas, quien también ocupa un cargo público y de elección popular (perdón: no es así, porque a Xóchitl no la eligió la ciudadanía, sino por dedazo de su partido, Acción Nacional).
Así, Xóchitl y la pandilla que representa (léase “la mafia del poder”) puede decir cualquier cosa sobre López Obrador, pero este debe permanecer en silencio y digerir cualquier cantidad de calificativos e insultos provenientes de esa senadora (plurinominal) y quienes la financian y promueven. Ante todo, equidad, según la Unidad Técnica de lo Contencioso del INE, la señora Zavala, quien la preside, y los consejeros que la apoyaron (Rita Bell López Vences y Jorge Montaño Ventura, ambos en el cargo desde el pasado 3 de abril).
Sin embargo, en la mañanera de ayer (que se llevó a cabo en La Paz, Baja California Sur) y en ejercicio de su libertad de expresión, el presidente López Obrador dijo que “no ha llegado la notificación” del INE sobre las citadas “medidas cautelares”, por lo cual “puedo decir que me da tiempo todavía para que, antes de que me vayan a cepillar, pedirle a Claudio X. González que se apure con la investigación sobre los contratos de Xóchitl, de su protegida, sí, que siendo funcionaria sus empresas recibieron contratos para obras. Y me llegó una información, que en nueve años (la ex vendedora de gelatinas) recibió (siendo funcionaria) contratos por cerca de mil 500 millones de pesos. Nada más que lo aclaren. Además, el que nada debe, nada teme. Y la vida pública tiene que ser cada vez más pública”.
Entonces, dijo López Obrador, “me quieren silenciar”, pero, como “no nos llega la notificación”, pidió que “si llevan tiempo engañando, simulando que les importa la transparencia, ahora que ustedes promueven… Claudio X. González, como gerente del bloque conservador, y principal promotor de Xóchitl, que ella es la elegida por la mafia del poder (…) Vamos a esperar a que Claudio X. González responda si van a hacer ellos la investigación. De todas maneras, a ver si le hacemos llegar la información (si no hoy, el lunes) que tenemos sobre su protegida acerca de los contratos, no sólo de los gobiernos, sino de empresas desarrolladoras, de esas que construyen edificios y que les tienen que dar permiso y son clientes de la señora Xóchitl”.
En resumidas cuentas, subrayó el mandatario, “si no quieren que hable de ellos, pues lo más equitativo es que ellos no hablen de mí, porque si ellos van a estar hablando de mí, pues yo voy a tener derecho de réplica, ni modo que no voy a contestar”.
Las rebanadas del pastel
¿Cuántas gelatinas, tamales y pollos habrá vendido en su vida la pobre Xóchitl Gálvez como para acumular suficientes recursos y con ellos armar las empresas que obtienen multimillonarios contratos de los sectores público y privado? “Un chingo”, dirá la senadora plurinominal.
Twitter: @cafevega