Madrid. La Comunidad Valenciana y Extremadura sellaron el pacto entre el derechista Partido Popular (PP) y la extrema derecha de Vox, con sendos gobiernos en los que por primera vez en la historia reciente del país una formación política de este tipo, que niega la violencia de género, el cambio climático y que enarbola ideas homófobas y xenófobas, será parte de un gobierno autonómico. Los acuerdos, que son fruto de los comicios del pasado 28 de mayo, son un adelanto de lo que podría pasar tras las elecciones generales del 23 de julio, en las que el PP parte como claro favorito.
Carlos Mazón, del PP, se convirtió en el nuevo presidente autonómico valenciano, en sustitución del socialista Ximo Puig, quien estuvo en el cargo una legislatura, después de cuatro años de gobierno de una coalición de izquierdas que tejió con la formación nacionalista valenciana Compromis. Pero en los comicios autonómicos, el PP recuperó su hegemonía en la región, que había perdido después de una retahíla de escándalos de corrupción que convirtió a Valencia en el epicentro de los mayores señalamientos de desfalco al erario.
Mazón firmó su pacto con Vox, si bien decidió crear una vicepresidencia de igualdad, que choca con el ideario de la formación ultra, que niega la violencia de género –que llama “intrafamiliar”– y que aboga por erradicar de las instituciones públicas este tipo de discurso que alertan del grave problema de los asesinatos machistas.
En Extremadura, entre tanto, se inició el debate de investidura de María Guardiola, del PP, quien cedió ante las presiones de su propio partido para sellar un pacto con Vox, a pesar de que ella empeñó su palabra en que jamás haría algo así, al rechazar a esta formación política por, además, “deshumanizar a los migrantes”. Si se confirma el acuerdo, Guardiola será desde hoy la nueva presidenta de Extremadura gracias a los votos de Vox.
Nueva encuesta del CIS
El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicó una nueva encuesta electoral en la que otorga de nuevo la victoria electoral al PSOE, que obtendría alrededor de 31 por ciento de los votos frente a 29.4 del PP. Además, el sondeo otorga la tercera plaza, que será crucial para la formación del futuro gobierno, a la coalición de izquierdas Sumar, que obtendría 15.5 por ciento de los sufragios, frente a 11.7 de Vox, que retrocedería sensiblemente en las preferencias del electorado.
No obstante, la mayoría de las empresas demoscópicas auguran un resultado muy diferente y advierten la “manipulación” de las encuestas de esta institución pública, que en el pasado gozó de un enorme prestigio en sus predicciones, pero que en los recientes años se ha caracterizado por errar en casi todos sus pronósticos.