Vilna. El presidente estadunidense, Joe Biden, acusó ayer a su par ruso, Vladimir Putin, de tener un “ansia cobarde de tierra y poder”, y prometió que la Organización del Tratado del Atlántico Norte ( OTAN), liderada por Estados Unidos, no vacilará en apoyar a Ucrania frente a la agresión rusa.
En un discurso pronunciado en Lituania al término de una reunión de dos días de los líderes de la OTAN, Biden elogió al pueblo del país invadido, que fue parte de la ex Unión Soviética, y anunció la incorporación de Finlandia a la alianza y la próxima admisión de su vecina Suecia.
Biden aseguró que Putin subestimó gravemente la determinación de la alianza militar. “La OTAN es más fuerte, más dinámica y, sí, más unida que nunca en su historia. De hecho, es más vital para nuestro futuro común. No ha ocurrido por accidente. No era inevitable”, indicó ante miles de personas en la Universidad de Vilna, muchas de las cuales lo vitoreaban con banderas lituanas y estadunidenses.
“Cuando Putin y sus cobardes ansias de tierra y poder desataron su brutal guerra contra Ucrania, apostaba a que la OTAN se rompería (…). Pensó que nuestra unidad se haría añicos a la primera prueba. Pensó que los líderes democráticos serían débiles. Pero pensó mal.”
El discurso de Biden pretendía reunir a los aliados y mostrar su papel en la escena mundial antes de una campaña de relección en 2024 centrada en sanar las divisiones dentro y fuera del país.
Pese al mensaje positivo, los funcionarios estadunidenses lucharon en privado con sus pares en Vilna para forjar un consenso sobre hacia dónde se dirigía la guerra, cómo ponerle fin y qué garantías dar a Ucrania sobre su futuro en la alianza militar atlántica, según cuatro diplomáticos de la OTAN que participaron en esas conversaciones.
Ucrania, que buscaba una invitación para unirse a la OTAN o al menos un calendario específico para la adhesión, no recibió ninguna de las dos cosas.
Los aliados acordaron que Ucrania se unirá cuando “los aliados estén de acuerdo y se cumplan las condiciones”, según su declaración, pero no ofrecieron detalles sobre cuándo, si es que alguna vez, Kiev cumpliría dichas condiciones.
En tanto, los países del G-7, en Vilna, Lituania, se comprometieron a suministrar medios militares a Ucrania “a largo plazo”, que le permitan resistir la invasión rusa, aunque el presidente, Volodymir Zelensky, advirtió que esas promesas no sustituyen su adhesión a la OTAN, pero aseguró que confía en que será miembro una vez finalizada la guerra.
Esto incluye “asistencia de seguridad y equipo militar moderno, en dominio terrestre, aéreo y marítimo, priorizando la defensa aérea, la artillería y dispositivos de largo alcance, vehículos blindados y otras capacidades clave”, indicaron los miembros del G-7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá).
Zelensky consideró que el anuncio del G-7 era una “gran victoria en materia de seguridad” para su país, aunque dejó claro que “la mejor garantía para Ucrania es ser parte de la OTAN”.
El presidente ucranio participó en la primera reunión del Consejo Ucrania-OTAN, instancia que permite un diálogo directo con la alianza, pero que aún está lejos de significar una incorporación al club.
Por otra parte, el secretario de Defensa británico, Ben Wallace, fue acusado de “regañar” a los ucranios después de revelar que les dijo que Gran Bretaña no era “Amazon”, cuando se le presentó una lista de demandas de armas, informó The Independent.