Con la novedad, mexicanos pagadores, que al cierre de mayo pasado cada uno de los 130 millones de paisanos que habitan esta heroica República –incluidos los recién nacidos– carga con una deuda cercana a 8 mil pesos –sin sumar lo que ya pagaron a lo largo de los últimos 28 años– por los pasivos del Fobaproa, es decir, el débito resultante del ilegal “rescate” bancario –con dinero de la nación– ordenado por Ernesto Zedillo y operado por sus dos secretarios de Hacienda: Guillermo Ortiz Martínez y José Ángel Gurría Treviño.
Como premio, al primero de ellos Zedillo lo designó gobernador del Banco de México (hueso que le duró hasta 2009, cuando, ¡sorpresa!, se fue a trabajar a un banco “rescatado”) y al segundo titular de Hacienda (hasta ese momento se desempeñaba como secretario de Relaciones Exteriores) para continuar con las fechorías de su antecesor, siempre con la rigurosa instrucción presidencial: mantener “inquebrantable disciplina” en la política neoliberal. Mientras, los mexicanos no han dejado de pagar ni de sufrir las consecuencias del “rescate” de los especuladores beneficiados por la reprivatización bancaria salinista y la posterior extranjerización del sistema financiero, a la par de que los barones del dinero se han hinchado de ganancias.
Lo dijo el día de su nombramiento al frente de Hacienda: en política económica “no habrá sorpresas ni improvisación”, y el 26 de noviembre de 1998, Gurría compareció ante los diputados, quienes, una y otra vez, le preguntaron “¿a cuánto ascienden hoy los pasivos del Fobaproa?”, y una y otra vez el funcionario se negó a informar sobre el monto respectivo. Lo más lejos que llegó fue cuando dijo que “la respuesta es relativamente sencilla: el cálculo resultaría aritméticamente muy sencillo, aplicando la tasa promedio por los meses que han transcurrido hasta ahora, de manera que no se trata de ningún misterio, no necesitamos ni siquiera la calculadora para poder llegar a la cifra”. Pero nada de números concretos.
Fue tal su desfachatez que de plano una diputada (María Mercedes Maciel Ortiz) dijo a Gurría: (la pregunta) “se la voy a formular en inglés, a ver si me entiende: how much are Fobaproa’s liabilities today?”, pero El ángel de la dependencia volvió a batear la respuesta. Eso sí, rechazó “categóricamente, la afirmación de que se violaron leyes (¡¡¡!!!) o de que se actuó de manera inconstitucional (¡¡¡!!!) en el saneamiento del sistema financiero. Se actuó con absoluto apego a la ley (¡¡¡!!!) y el jefe de las instituciones nacionales (léase Zedillo) puede hoy obtener, y de hecho recibe, el reconocimiento internacional y nacional”. ¡Olé!
Dieciséis días después (12 de diciembre de 1998), los priístas y panistas (con Borolas a la cabeza, quien aseguró que su partido “no avalará” el “salvamento”) “legalizaron” la deuda del “rescate” bancario (325 a favor, 159 en contra y una abstención) y engrosaron la factura a los mexicanos de entonces y a quienes llegaron en los últimos 28 años (de 1995 a la fecha, y los que faltan). En ese periodo se han pagado alrededor de 2 billones de pesos y de todas maneras los pasivos del Fobaproa-IPAB suman, al cierre de mayo pasado, un billón 34 mil millones de pesos, y contando.
Se entiende, pues, quién es y a quién representa El ángel de la dependencia. Sobre el más reciente encargo de la oligarquía, el mismo Gurría publicó lo siguiente tras ser designado por Claudio X. González como la “mente creativa” de lo que la derecha pretende si es que retoma el poder: “por el compromiso y amor que tengo hacia mi país, he decidido aceptar la dirección del proyecto de nación (léase proyecto de negocios) del Frente Amplio por México; rescataremos los derechos que el Estado mexicano nos debe proporcionar y que hoy no lo hace”. Por ejemplo, mantener la impunidad, no cumplir fiscalmente, obtener contratos leoninos, saquear al erario, licitaciones a modo y un largo etcétera.
Las rebanadas del pastel
Si del júnior X se trata, ayer el presidente López Obrador anunció: “le voy a pedir a Claudio que haga una investigación sobre la empresa de Xóchitl Gálvez y los contratos que ha recibido del gobierno, de cuando ella fue funcionaria en el gobierno de Fox y de cuando fue delegada en Miguel Hidalgo. Porque a eso se dedican, ¿no hacen investigaciones? Vamos a darle un tiempo a él y a la señora María Amparo Casar, a ese grupo. Si nos da el resultado de la investigación vamos a quedar todos muy satisfechos, y vamos a poder reconocer que su asociación sí está en contra de la corrupción. ¿Cómo lo ven?”
Twitter: @cafevega