La inflación en Estados Unidos se desaceleró en junio más de lo esperado por los mercados financieros, a sus niveles más bajos desde 2021.
De acuerdo con la Oficina de Estadísticas Laborales, el Índice de Precios al Consumo (IPC) de Estados Unidos tuvo una variación anual de 3 por ciento en junio, menor al 3.1 por ciento que pronosticó el consenso de analistas y desde un dato previo de 4 por ciento, siendo el menor registro observado desde marzo de 2021.
Se trata de su décimo segunda caída consecutiva y de su nivel más bajo en más de dos años, gracias en parte a la reducción del precio de la gasolina, que pasó de 4.66 a 3.54 dólares en el último año.
El dato más relevante fue el progreso que mostró el componente subyacente, el cual determina la trayectoria de la inflación general a mediano y largo plazos, que por primera vez en el año sorprendió a la baja para situarse en 4.8 por ciento, cinco décimas menos que el mes anterior, pero también bajó respecto al 5.3 por ciento de mayo, que a su vez fue el menor registro desde octubre de 2021. Los analistas esperaban una tasa de 5 por ciento.
Los alimentos se encarecieron 5.7 por ciento interanual, mientras la energía lo hizo 16.7 por ciento.
En tasas mensuales, la variable general del índice experimentó un avance de 0.2 por ciento, lo que supone un leve repunte de una décima, al tiempo que la variable subyacente se ha contenido a 0.2 por ciento, un retroceso de dos décimas desde el registro previo y su menor cifra desde agosto de 2021.
En junio de 2022, la inflación de Estados Unidos se disparó por sorpresa hasta 9.1 por ciento, su máximo en 40 años, pero ha ido bajando todos los meses hasta reducirse a la tercera parte y situarse en 3 por ciento en junio.