Panamá se ha acostumbrado a jugar finales ante rivales de Concacaf. Al menos en el Torneo Maurice Revello y la Copa Oro de este año, el equipo canalero atravesó una pequeña montaña de parti-dos hasta llegar a la cita que todos sus rivales desean. La tarea no resultó sencilla, pues hubo que vencer anoche al favorito Estados Unidos en un partido que se extendió a los penales (5-4, luego del 1-1 en tiempo regular) para cumplir un nuevo objetivo en su creciente proyecto a escala internacional.
Apenas en junio pasado, en el certamen de combinados juveniles celebrado en Francia, la categoría Sub-23 panameña conquistó su primera corona ante México, otra de las llamadas potencias en la zona. No conforme con eso, mostró en la serie contra las barras y las estrellas lo peligroso que puede ser su plantel estelar cuando miles de aficionados lo subestiman.
Invictos desde la fase de grupos donde fueron líderes, los panameños silenciaron las gradas del Snapdragon Stadium de San Diego después de 90 minutos parejos, en los que pudieron haber marcado diferencia. A pesar del desgaste y los crecientes embates de su rival, Iván Anderson cargó sobre sus espaldas la ilusión del pueblo canalero de avanzar a la última instancia.
En una escapada por derecha, en línea con el último defensor para evitar el fuera de lugar, Anderson encaró al portero Matt Turner y lo dejó atrás al bombear la pelota para luego definir el 1-0 con el arco abierto (minuto 99). No es que Estados Unidos haya entregado sus armas desde entonces, pero tardó en deslizar el poderío con el que cuenta.
Más que construir un juego colectivo, los dirigidos por B. J. Callaghan se valieron de una genialidad de Jesús Ferreira, su hombre más de-sequilibrante en el ataque y autor de la volea que significó el empate en el cierre del primer tiempo extra (105). Lo que siguió en los penales fue una mezcla de drama, suspenso y asombro, todo ello provocado por las fallas de Ferreira y Cristian Roldán que derivaron en el cobro ganador de Adalberto Carrasquilla.
Así, con un proyecto firme hacia el futuro, Panamá jugará el domingo su tercera final en una Copa Oro.