La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) informó que se ha detectado madera de árboles talados de forma ilegal en el bosque de Topilejo, en la alcaldía Tlalpan, que es trasladada en rollo al estado de Morelos, principalmente a aserraderos del municipio de Huitzilac, y ya transformada la regresan a la Ciudad de México para su comercialización.
Personal del área de inspección de la dependencia federal consultado al respecto, confirmó señalamientos hechos por comuneros de San Miguel Topilejo sobre dicho mecanismo usado por grupos de esa entidad para vender sus recursos forestales, e informó que se investiga en particular la procedencia de los documentos que utilizan para hacer pasar como legal esa madera.
Los supervisores explicaron que hay una investigación en curso porque dichos papeles con los que se acredita la propiedad legal de ese recursos no son apócrifos, como consideraban los integrantes del movimiento en defensa del bosque.
“No son falsos, son documentos que hacen pasar la madera como si fuera legal. Es un lavado de madera”, pero también tienen registrados papeles para acreditar madera extraída de forma ilegal que ingresa a la ciudad proveniente del estado de México.
En estos casos, señalaron que la ley es muy estricta y una vez que exhiben esos documentos están impedidos para hacer el seguimiento sobre la procedencia de la madera.
Refirieron que también hay un mercado negro en el que se comercializa madera muy barata sin papeles. Recordaron que apenas en mayo se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma que propuso el presidente Andrés Manuel López Obrador al Código Penal, la cual establece una pena de hasta 16 años de cárcel a quien transporte, comercialice, distribuya, compre, almacene, resguarde o trasforme materias primas forestales o productos de ese tipo de forma ilegal.
Tras los operativos efectuados el pasado 30 de junio y este martes en Lomas de Tepemecatl y el paraje Tlapancos, en coordinación con la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural del gobierno capitalino –con los que se declaró al Ajusco zona libre de aserraderos clandestinos–, los funcionarios de la Profepa comentaron que en caso de que pretendan continuar con el negocio les llevará tiempo volver a montar un aserradero, sobre todo para encontrar el lugar que les permita operar de forma clandestina, aunque se han registrado casos de reincidencia en el mismo punto en el que cerraron.
En el caso de Topilejo, explicaron que no se tiene documentada la presencia de aserraderos clandestinos, por lo que el problema en esa zona es la tala ilegal.