Rusia vetó ayer en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) prolongar la apertura de un paso fronterizo con Turquía por donde pasa ayuda humanitaria para millones de habitantes de zonas rebeldes en Siria, que expiró antier.
Los 15 miembros del consejo intentaban, desde hace días, llegar a un acuerdo para extender el mecanismo que desde 2014 permitía llevar alimentos, agua y medicamentos desde Turquía por el puesto fronterizo de Bal al Hawa a los habitantes del noroeste de Siria, sin la autorización del gobierno del presidente Bashar al Assad.
Ante las necesidades acuciantes, que se agravaron con los terremotos de febrero, la ONU, personal humanitario y una mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad reclamaban que se prolongara al menos un año más para permitir una mejor organización de la ayuda.
Pero Rusia interpuso su veto a esta resolución, que contó con la abstención de China. El resto de los 13 miembros votaron a favor.