Guadalajara, Jal., Tres policías murieron y 10 personas más resultaron heridas anoche en un ataque con explosivos contra elementos de la Fiscalía General del Estado y de la policía de Tlajomulco de Zúñiga, en el centro de este municipio metropolitano ubicado al suroeste de Guadalajara.
Al cierre de esta edición no se había precisado si los explosivos estallaron dentro de uno de los vehículos de la fiscalía, como señaló información preliminar, o se trató de una mina terrestre.
La agresión contra unidades de ambas corporaciones de seguridad dejó un saldo de dos agentes de la fiscalía y uno de la policía municipal muertos. No se detalló si los 10 heridos son agentes o hay civiles en este grupo.
El atentado se perpetró en la colonia Larios, en la zona centro de Tlajomulco, adonde un numeroso grupo de rescatistas y servicios médicos acudieron para trasladar a los lesionados, mientras personal del agrupamiento Tedax (experto en explosivos) arribó para colaborar en las investigaciones.
Un ataque con explosivos contra elementos de la fiscalía de Jalisco y policías de Tlajomulco de Zúñiga dejó anoche un saldo de al menos tres muertos y una decena de lesionados. Servicios de emergencia acudieron para auxiliar a los heridos. Foto tomada de Twitter.
El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, informó en un mensaje en redes sociales que publicó poco después de las 10 de la noche que “se trata de un hecho sin precedentes que pone de manifiesto de lo que son capaces estos grupos de la delincuencia organizada. Este ataque representa también un desafío contra el Estado mexicano en su conjunto”.
El mandatario emecista añadió que el gabinete de seguridad de Jalisco está en sesión permanente.
El 6 de julio pasado, tras un enfrentamiento en Teocaltiche, las autoridades dieron a conocer el decomiso de explosivos de fabricación casera y fuentes federales confirmaron que uno de ellos fue colocado en una camioneta Nissan modelo Estaquitas, listo para activarse al acelerar, pues estaba conectado a la batería del vehículo.
El pasado 30 de junio en Celaya, Guanajuato, cuatro efectivos de la Guardia Nacional resultaron heridos, dos de ellos de gravedad (uno de ellos murió), cuando acudieron para atender un reporte según el cual había cadáveres dentro de un automóvil abandonado en la comunidad Sauz de Villaseñor, y durante la revisión fue activado un artefacto que explotó.