Londres. “No creo que Ucrania esté lista para ser miembro de la OTAN (Organización del Tratado del Atlantico Norte)”, afirmó ayer el presidente estadunidense, Joe Biden, antes de su arribo anoche a Reino Unido, y defendió nuevamente su decisión de entregar a esa nación en guerra bombas de racimo, munición que está prohibida por tratados internacionales por los daños que provoca entre la población civil
“Paso mucho tiempo tratando de mantener unida a la OTAN”, aseveró el mandatario en una entrevista con CNN, en la que recalcó su convicción de que uno de los objetivos de Rusia es “destruir” a la alianza atlántica.
Biden se pronunció por la integración de Ucrania en la OTAN, pero matizó que esta adhesión no se producirá hasta que termine el conflicto armado con Rusia. “No creo que haya unanimidad dentro de la OTAN sobre incluir a Ucrania, que ahora está en medio de una guerra”, apuntó Biden, al destacar que si Kiev fuera parte de la alianza, todo el bloque estaría en guerra con Moscú.
El presidente estadunidense dijo que habló lo anterior con su par ucranio, Volodymir Zelensky, a quien prometió que Estados Unidos le seguirá proporcionando todo el equipo militar que requiera, y que Ucrania será parte de la OTAN cuando derrote a Rusia. Recordó que antes de la invasión, rechazó la petición del mandatario ruso, Vladimir Putin, de no aceptar a Ucrania en la alianza.
Zelensky y su par de Polonia, Andrzej Duda, asistieron juntos a una misa conmemorativa en la Catedral de San Pedro y San Pablo de Lutsk, en el oeste de Ucrania, en ocasión del 80 aniversario de las matanzas de Volinia en las que murieron decenas de miles de polacos y ucranios.
El gobernante ucranio dijo que no espera la incorporación de su país a la alianza atlántica antes de que termine la guerra, pero confía que la cumbre de la OTAN a celebrarse mañana y pasado mañana en Lituania, brinde una “señal clara” de que la nación será integrada al bloque.
Washington defiende envío de municiones de dispersión
Biden, por otro lado, defendió el próximo envío de bombas de racimo a Ucrania, al subrayar que “esta guerra depende de las municiones” y Kiev se está quedando sin ellas, y señaló que fue una “decisión difícil”.
Estados Unidos aprobó el viernes la entrega de bombas de racimo a Ucrania, iniciativa rechazada por la Organización de Naciones Unidas y varios países, entre ellos sus aliados.
El embajador ruso en Washington, Anatoli Antonov, declaró que el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, admitió “de facto la comisión de crímenes de guerra” al declarar “abiertamente que civiles morirían por las bombas de racimo estadunidenses”.
“Creo que todos podemos estar de acuerdo en que más civiles han sido y seguirán siendo asesinados por las fuerzas rusas; ya sea por municiones de racimo, drones, ataques con misiles o simplemente ataques frontales”, declaró ayer Kirby a la cadena ABC.
Más de 100 países firmaron un tratado contra las bombas de racimo, pero Estados Unidos, Rusia y Ucrania no están entre ellos.
El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, declaró que Berlín no puede impedir que Washington envíe bombas de racimo a Kiev, aunque su nación se oponga a este armamento, y recordó que cuando ejerció como ministro de Relaciones Exteriores, Berlín firmó en 2008 en Oslo el tratado internacional que prohíbe las bombas de racimo.
El vocero del gobierno alemán, Steffen Hebestreit, señaló: “Estoy seguro de que nuestros amigos estadunidenses no tomaron esta decisión a la ligera”. La ministra española de Defensa, Margarita Robles, declaró que su país “tiene la firme convicción de que ciertas armas y bombas no deben enviarse a Ucrania”, y agregó: “entendemos la legítima defensa de Ucrania, pero creemos que ésta no debe llevarse a cabo con bombas de racimo”.
Rusia afirma que derribó cuatro misiles
En el terreno bélico, los sistemas de defensa antiaérea rusos derribaron cuatro misiles, informaron las autoridades, uno sobre la península anexionada de Crimea y tres sobre las regiones de Rostov y Briansk, fronterizas con Ucrania.
Kiev reconoce ataque a un puente de Crimea
Por otra parte, la viceministra de Defensa ucrania, Anna Maliar, admitió que su país provocó el ataque a un puente de Crimea, de 19 kilómetros de longitud, el 8 de octubre de 2022. Ese día, un camión explotó mientras cruzaba el puente, dejó cuatro muertos y provocó el incendio de siete vagones de un tren.
Una investigación de los servicios secretos de Moscú constató la responsabilidad ucrania en el atentado, y Maliar indicó en Telegram que “hace 273 días dimos el golpe en el puente de Crimea para interrumpir la logística de los rusos”. En su momento, Zelensky aseguró que él no ordenó el ataque.
En tanto, el canciller ruso, Sergei Lavrov, habló ayer por teléfono con su par turco, Hakan Fidan, sobre el acuerdo sobre cereales en el mar Negro, informó su cartera en Moscú. Rusia ha amenazado con abandonar el acuerdo que permite la exportación segura de granos y fertilizantes desde los puertos ucranios porque, según dice, no se han atendido varias demandas de envío de su propio grano y fertilizantes. El acuerdo expira el 17 de julio.
El presidente turco, Tayyip Erdogan, declaró antier que presiona a Rusia para que prorrogue al menos tres meses el acuerdo, negociado el año pasado con la mediación de Ankara y la Organización de Naciones Unidas.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, tiene la intención de hacer que el objetivo de gasto militar actual de la alianza del 2 por ciento del PIB nacional sea un requisito mínimo, en lugar de una meta a la que aspirar. Infografía Graphic News.