En México, uno de cada dos kilogramos de granos básicos que se consumen es importado. Entre enero y mayo de este año, según cálculos del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), 56 por ciento del maíz, trigo, frijol, sorgo, arroz, soya, etcétera que consumió la población, fue comprado a otros países.
De acuerdo con cifras del organismo privado, en los primeros cinco meses de 2023 el volumen de importación de granos básicos ascendió a 14 millones 48 mil toneladas, cifra sin precedente que es 12.7 por ciento superior a los 12 millones 468 mil toneladas registradas en igual periodo del año pasado.
El consumo de granos en México en el lapso de enero a mayo pasado se ubicó en 25 millones 238 mil toneladas, un aumento anual de 3.2 por ciento; mientras la producción del país fue de 11 millones 514 mil toneladas, una caída anual de 7.6 por ciento, lo que provocó que no se pudiera cubrir ni la mitad de la demanda nacional.
La caída en la producción de granos se explica por una disminución en la superficie cosechada, la cual pasó de 3 millones 209 mil hectáreas en los primeros cinco meses de 2022 a 2 millones 958 mil hectáreas, es decir, una baja de 7.8 por ciento.
Como resultado, el valor de la producción mexicana cayó 8.5 por ciento, al ir de 4 mil 880 millones de dólares a 4 mil 469 millones; en contraste, el valor de las importaciones alcanzó un nivel récord de 5 mil 610 millones de dólares producto de un incremento de 14.1 por ciento frente a los 4 mil 917 millones de dólares de un año antes.
Las importaciones de maíz continúan con su fuerte tendencia al alza, pues de acuerdo con datos del GCMA, en los primeros cinco meses de 2023 México compró a otros países, principalmente Estados Unidos, 8 millones 382 mil toneladas, el nivel más alto desde que hay registro para un periodo similar y un incremento de 17.1 por ciento respecto a los 7 millones 156 mil toneladas del mismo lapso de 2022.
La producción de maíz en México cayó drásticamente al ir de 8 mil 849 mil toneladas a 7 millones 816 mil toneladas, es decir, 11.7 por ciento, lo que impidió cumplir con la demanda de la población, que entre enero y mayo pasados fue de 16 millones 197 mil toneladas, un alza anual de 1.5 por ciento.
Lo anterior significa que mientras el consumo de la población crece, la producción en México disminuye, esto como consecuencia de una caída de 9.3 por ciento en la superficie cosechada, el terreno que se destina al cultivo de este alimento básico.