En el Instituto Politécnico Nacional (IPN) “seguiremos trabajando desde nuestras raíces, que es dar a las personas más humildes la oportunidad de acceder a una educación de calidad”, establece su director general, Arturo Reyes Sandoval.
Asegura además que buscará “abrir puertas” en los gobiernos federal y estatales, así como en el sector privado, “para que los estudiantes, que desde muy jóvenes ingresan al Politécnico, tengan las mejores posibilidades de insertarse en la actividad productiva”.
Fundado en 1936, durante el gobierno del general Lázaro Cárdenas del Río, el IPN nace como una institución educativa con un profundo compromiso social, subraya Reyes Sandoval, químico bacteriólogo y parasitólogo, egresado de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas y experto en biomedicina molecular y desarrollo de vacunas.
A casi nueve décadas de su creación, con 74 mil 434 alumnos de bachillerato, 135 mil 558 de licenciatura y 6 mil 282 de posgrado, su director asegura que el compromiso social tanto en la formación de los estudiantes como en el desarrollo de investigaciones científicas y tecnológicas, sigue estando presente en el IPN.
En entrevista con La Jornada, quien fue designado para el periodo (2020-2023) por el presidente Andrés Manuel López Obrador, afirma que la presencia de los egresados politécnicos (953 mil 338 desde su fundación) ha sido potente y central en las grandes obras de transformación del país.
“Hay muchos politécnicos en todas partes, en Petróleos Mexicanos (Pemex), en la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en el Centro Nacional de Control de Energía, en la industria de la radio y la televisión, y en muchas más; y debemos mantener ese trabajo de abrir puertas, pero también con el sector empresarial, porque somos una fortaleza. Buscamos que los estudiantes del Politécnico se den cuenta de que pueden traspasar fronteras y desarrollarse en otros ámbitos sin miedo alguno”, afirma.
Hombre pausado, Arturo Reyes habla de la más reciente obra en marcha: la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería, campus Palenque, que formará a los futuros expertos en ingeniería ferroviaria y civil que demandarán el Tren Maya y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, además de los especialistas en turismo sustentable e ingeniería biotecnológica.
“Hace unos días se colocó la primera piedra. Será quizá una de las unidades más modernas del Politécnico, y la idea del presidente López Obrador es que todos nuestros egresados vayan a trabajar al Tren Maya. Los estudiantes ya están en sexto semestre en unas instalaciones prestadas, pero iniciamos su construcción y podrá inaugurarse en agosto de 2024”, explica.
–¿De esta visión surge también el eje de la internacionalización en el IPN?
–Tenemos estudiantes altamente competitivos que pueden trabajar en cualquier parte del mundo y tomar cualquier reto que se les presente en el trabajo, siempre van a encontrar una manera de responder y sobresalir. Hay muchos politécnicos en el extranjero, y veo a los alumnos cada vez más preparados, con más herramientas, son mucho más abiertos. Me impresiona ver su capacidad para entender y trabajar cuestiones de corte internacional.
Catedrático de la Universidad de Oxford e investigador de tiempo completo en el Instituto Jenner, donde se desarrolló una de las vacunas contra el covid-19, Reyes Sandoval destaca que desde su llegada a la dirección general del IPN logró articular un equipo de trabajo con egresados de esa casa de estudios con amplia experiencia en la gestión y administración públicas, pues varios de sus colaboradores laboraron en las secretarias de Educación Pública y Hacienda y Crédito Público.
Con su apoyo, afirma, se inició un proceso de cambio que ha permitido incrementar 20 por ciento la matrícula del IPN al pasar de 170 mil a 216 mil estudiantes, desde bachillerato a posgrado, y también aumentar los recursos presupuestales de 17 mil millones a 21 mil 500 millones de pesos.
Con los ahorros alcanza para ciencia y educación
“El presupuesto para las actividades de educación y ciencia alcanza muy bien”, afirma Reyes Sandoval, miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel II. Asegura que la clave “son los ahorros”.
Tras la desaparición, en 2020, de los fideicomisos federales y el impulso a la política de austeridad, asevera, “ya no se tienen los salarios del pasado en la alta burocracia, no hay pago de asesores ni se gasta en compra de vehículos”.
Señala que el mandato es ejercer la totalidad de los recursos que asigne la Federación, pero si algunas vocacionales, unidades profesionales o centros de investigación “no utilizan sus recursos a tiempo, recogemos esos fondos y los manejamos como ahorros”.
Desde el inicio del año, aclara, “trabajamos carteras de inversión por montos que van de 10, 20, 30 a 100 o 200 millones de pesos para comprar equipamiento o destinarlo a infraestructura. Esa es la estrategia que hemos seguido para canalizar todos los recursos dentro del propio instituto”.
Otro avance, informa, fue la transformación de los organismos autónomos como el Patronato de Obras e Instalaciones y la Comisión de Operación y Fomento de Actividades Académicas, que “por primera vez en muchos años tendrán recursos y podrán ejercerlos”, al menos 900 millones de pesos, para atender necesidades de infraestructura y equipamiento en 2023 y 2024.
Fortalecer al IPN, admite, también implica generar condiciones laborales justas para los docentes, por lo que en su administración “hemos basificado a más de 800 profesores y al menos a 15 miembros del Programa Investigadoras e Investigadores por México, antes conocido como Cátedras Conacyt”.
Actualmente, afirma el doctor Reyes, el IPN está presente en casi todo el país. Cuenta con 90 unidades académicas, de las cuales 20 son de nivel medio superior, 32 de superior, 20 centros de investigación y posgrado, 12 centros de vinculación y desarrollo regional, cuatro unidades de innovación e integración de tecnologías avanzadas y dos centros de lenguas extranjeras.
En cuanto a la deserción escolar, celebra que las becas han permitido tener una mejor eficiencia terminal. En el Politécnico, señala, 29 mil 770 estudiantes de bachillerato y licenciatura reciben un apoyo, a lo que se suma el fortalecimiento del programa de tutorías, en el que participan no sólo docentes, sino estudiantes de los grados más avanzados en apoyo de alumnos más jóvenes o que inician su posgrado.
Además, dijo, se mantiene la estrategia de flexibilidad escolar, lo que permite que un alumno “pause sus estudios por uno, dos y hasta tres semestres sin darse de baja”.
Reyes Sandoval destaca que a futuro “me gustaría ver al Politécnico con una infraestructura muy moderna, con capacidad de acceder a todo lo necesario para estudiar las nuevas disciplinas que están en la frontera del conocimiento, es decir, no pienso sólo en instalaciones dignas, sino de avanzada”.
Y subraya que también desea que en el IPN “nos demos cuenta, que lo internalicemos, de que quienes se forman y egresan de esta institución, tienen una enorme capacidad y preparación para desarrollarse en cualquier parte del mundo y competir a escala internacional”.