Jenin. Un grupo de diplomáticos que representan a una treintena de países visitó ayer el campamento de refugiados de Jenin, en Cisjordania reocupada, que fue objeto el lunes pasado de una violenta ofensiva militar israelí con saldo de 12 palestinos muertos, incluidos cuatro menores de edad, y causó importantes daños materiales.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo, responsable de la gestión de la aldea, invitó a las delegaciones para comprobar en primera persona la destrucción provocada.
El representante de la Unión Europea (UE), Sven Kuehn von Burgsdorff, calificó esta situación de “dolorosa” y resaltó que se trata de una violación del derecho internacional. Así, pidió presionar a Israel para que se resuelva el conflicto o, de lo contrario, “será imposible parar la violencia”, informó la agencia de noticias palestina WAFA.
Von Burgsdorff apeló directamente a Israel para que evite “cualquier acción adicional que cause daños a la población civil” y tenga consecuencias para ella, además invocó el respeto al derecho internacional en cualquier operación militar, además de que exigió que se investiguen las denuncias de abusos.
El objetivo de la visita es mostrar la solidaridad con la población civil del campamento, explicó. Ésta debe ser “protegida bajo toda circunstancia”, en especial los menores y las familias. También aspira a realizar un informe sobre los daños y remitirlo a sus respectivas capitales para que sepan lo que ha ocurrido en Yenín.
El representante diplomático alemán en Ramalá, Oliver Owcza, resaltó la “evidente necesidad de ayuda humanitaria y para la reconstrucción” y apostó por una “perspectiva política” para el conflicto.
Päivi Peltokoski, representante de Finlandia, abogó por una “ayuda urgente para la reconstrucción y para ayuda humanitaria y sicosocial”. “Han muerto 12 hombres jóvenes de entre 16 y 23 años. No hay agua ni electricidad”, remarcó.
Contra la reforma judicial
En tanto, decenas de miles de israelíes se manifestaron ayer por 27 semana consecutiva en Tel Aviv y otras ciudades de Israel en contra de la reforma judicial impulsada por el gobierno ultraconservador del primer ministro, Benjamin Netanyahu, en vísperas de un voto clave.
El grupo de manifestantes fue más numeroso que en las últimas semanas, según los organizadores, que contabilizaron 180 mil personas en Tel Aviv. Después de anunciar una “pausa” en la tramitación de la reforma a finales de marzo, el gobierno relanzará mañana su ofensiva en el Parlamento.