Washington. Estados Unidos hizo caso omiso a las críticas de la Organización de Naciones Unidas y varios países y confirmó que suministrará a Ucrania municiones de racimo, que formaran parte del nuevo paquete de aportación militar de 800 millones de dólares que le entregará, porque la contraofensiva “va más lenta de lo esperado”, confirmaron ayer el Pentágono y la Casa Blanca.
Los proyectiles multibombas están prohibidos en numerosos países porque matan de manera indiscriminada.
“Fue una decisión muy difícil para mí”, pero las tropas ucranias están “quedándose sin municiones”, declaró a la cadena CNN el presidente Joe Biden, quien asegura haberlo hablado con los países aliados y el Congreso estadunidense. “O tienen el arsenal para detener a los rusos ahora (…) o no las tienen. Y creo que las necesitan”, afirmó.
Estados Unidos considera que Ucrania requiere estas municiones para reforzar su contraofensiva y avanzar a través de las líneas rusas. Los líderes estadunidenses debatieron el tema durante meses, antes de que Biden definiera la decisión. Según el presidente ucranio, Volodymir Zelenesky, la lentitud en el suministro de armas ha retrasado su contraofensiva y ha dado tiempo a Rusia a reforzar sus defensas en las zonas ocupadas.
“Reconocemos que las municiones de racimo crean un riesgo de daños a civiles por los artefactos sin estallar. Por eso aplazamos la decisión todo el tiempo que pudimos”, explicó el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, en conferencia de prensa, al precisar que el anuncio oficial de la entrega lo formalizará el Pentágono.
Este tipo de bombas liberan o dispersan submuniciones que detonan antes, durante o después del impacto. Dependiendo del tipo de arma utilizada, el número de submuniciones oscila entre unas pocas decenas y más de 600. Muchos países han prohibido su uso y producción en virtud de la Convención de Oslo de 2008, de la que no forman parte ni Estados Unidos ni Ucrania.
Sullivan explicó que las municiones estadunidenses tienen una tasa de no explosión –aquellas que fallan y quedan enterradas– inferior a 2.5 por ciento, mientras las rusas rondan 40. “Están defendiendo su país”, remarcó, y expresó el compromiso de su gobierno a ayudar en el proceso de desminado.
El subsecretario de Defensa para Asuntos Políticos, Colin Kahl, anunció en la conferencia el nuevo paquete militar con valor de 800 millones de dólares a Ucrania, que eleva a más de 41 mil millones el total desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022 e incluye este tipo de municiones letales.
El funcionario del Pentágono aseguró que es demasiado pronto para juzgar cómo va la contraofensiva ucrania “porque estamos al principio del medio”. La contraofensiva es “más lenta de lo que esperábamos”, pero a los ucranios les queda mucho poder de combate.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, reiteró su rechazo al uso de las bombas en el campo de batalla, incluso en el conflicto de Ucrania, y reafirmó su apoyo a la Convención de Oslo. Además, al menos 38 organizaciones de derechos humanos se han opuesto la medida, informó el diario The Hill.
En Alemania, el vocero gubernamental, Steffen Hebestreit, declaró que está seguro de que los estadunidenses “no tomaron a la ligera la decisión de entregar las municiones en cuestión”. El gobierno francés afirmó que respetará sus compromisos de la Convención de Oslo, pero comprende “el arbitraje al que llegó Estados Unidos en su voluntad de ayudar a Ucrania”.
En tanto, Sullivan agregó que la propuesta de ingreso de Ucrania en la Organización del Tratado del Atlántico Norte se discutirá, pero no se decidirá en la cumbre de la organización la próxima semana en Vilna. Adelantó que es “posible” que Turquía y Hungría dejen de bloquear su ingreso, pero si no lo hacen, eso “ocurrirá”.
Añadió que existe “buena voluntad” sobre la candidatura de Suecia a la alianza.
Ucrania “merece” ser incorporada al bloque, consideró ayer el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, tras un encuentro en Estambul con Zelensky.
En otro tema, el presidente Joe Biden dijo a su par chino, Xi Jinping, tras su reunión con el ruso Vladimir Putin que “tenga cuidado” porque Pekín depende de las inversiones occidentales, según extractos de una entrevista concedida a la CNN. “Se lo dije: Esto no es una amenaza. Esto es una observación”, afirmó Biden.