Río de Janeiro., La Cámara baja del Congreso de Brasil aprobó ayer en la madrugada una importante reforma del complicado sistema fiscal del país, y demostró que es posible alcanzar acuerdos entre el Legislativo conservador y el presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
La muy esperada reforma tributaria tiene como objetivo simplificar el sistema, considerado demasiado oneroso, tanto para las personas como para las empresas, e impulsar el crecimiento económico del país, el cual ha oscilado entre recesiones y estancamientos durante la reciente década.
“Brasil tendrá su primera reforma hacendaria del periodo democrático. Un momento histórico y una gran victoria para el país”, publicó Lula en Twitter.
La votación en la Cámara de Diputados sucede luego de décadas de intentos de reformar integralmente el esquema actual. La iniciativa pasará ahora al Senado. Si éste hace modificaciones significativas, la moción volverá a la cámara baja.
Dado que la campaña electoral del año pasado fue altamente divisiva, analistas conjeturaron que un posible estancamiento legislativo podría obstaculizar cualquiera de las agendas de Lula en el Congreso. En un discurso antes de la votación, el presidente de la cámara baja, Arthur Lira, quien apoyó al ex presidente Jair Bolsonaro en octubre, pidió a los legisladores que dejaran de lado las divisiones partidistas y apoyaran la iniciativa.
Apoyo de tres a uno
“No hay ningún brasileño contento con nuestro escenario actual”, declaró Lira. “Todos quieren un sistema tributario simplificado y eficiente”. La enmienda constitucional requería 60 por ciento en dos rondas de votación, pero pasó fácilmente por márgenes mayores a tres a uno en ambos sufragios. Cuando aparecieron los resultados en la pantalla gigante de la sede del Congreso, los legisladores estallaron en vítores y aplausos.
Un partidario clave de la reforma fue el gobernador del estado de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas, cuyo nombre ha surgido como posible abanderado de la derecha política desde que a Bolsonaro se le prohibió postularse para el cargo durante ocho años. De Freitas apoyó el proyecto de ley luego de sostener negociaciones el miércoles con el ministro de Finanzas, Fernando Haddad. Si es aprobada por el Senado, la reforma fusionará los cinco gravámenes principales en dos impuestos al valor agregado: uno federal y otro para ser compartido entre estados y municipios.