“Brasil no es para principiantes” (Tom Jobim). Matorral seco en llamas ( Mato seco em chamas, 2022), filme brasileño-portugués de la dupla de realizadores Adirley Queirós (goiano) y Joana Pimenta (lusitana), es un relato a la vez naturalista y fantástico, con destellos de ciencia ficción, que sitúa caprichosamente su trama entre el pasado, presente y futuro. Remite lo mismo a Bacurau: tierra de nadie (2019), suerte de western político y apocalíptico del brasileño Kleber Mendonça Filho, que a la cinta mexicana de Julián Hernández, La diosa del asfalto (2019, doble retrato de un barrio urbano sumido en la violencia y del grupo de mujeres rebeldes que en él imponen una justicia paralela. Las protagonistas de la cinta de Queirós y Pimenta son dos medias hermanas, Chitara (Joana Darc) y Léa (Léa Alves), esta última recién salida de prisión, quienes lideran un grupo de mujeres encargadas de extraer petróleo clandestinamente para refinarlo como gasolina y traficarlo con ayuda de los mismos motoclistas que les compran barato el combustible. Paralelamente, toda la favela de Sol Nascente, en Ceilândia, periferia de Brasilia, se encuentra asediada por las redadas policiacas que buscan someter a narcotraficantes y sofocar las revueltas mediante la imposición de un toque de queda.
Este clima de exasperación social lo describen las propias protagonistas, actrices no profesionales, habitantes de la favela, a través de la voz en off o de combativas melodías raperas, como la que da título a la cinta. Un contexto social no del todo explícito es la privatización salvaje de la industria energética brasileña promovida por el gobierno de Jair Bolsonaro al que se alude abiertamente en un giro dramático que muestra un mitin de sus simpatizantes en pleno delirio (“Brasil por encima de todo, Dios por encima de todos”). A estas antotaciones políticas le siguen puntualizaciones en materia de género donde Chitara, veterana de combates callejeros, reivindica no sólo su disidencia sexual como lesbiana sino su gusto por las parejas múltiples en sus viejos días de encierro penitenciario, como una evocación melancólica en su madurez hasta cierto punto ya sosegada. Relato social y también exploración intimista, Matorral seco en llamas es un thriller futurista anclado en el presente más inmediato, una película compleja y oscura, a la vez reveladora del clima de incertidumbre y violencia latente que padecen regiones enteras del continente americano. Todo un acertijo dramático. Brasil, en efecto, no es para principiantes.
Se exhibe en la sala 7 de la Cineteca Nacional a las 12 y a las 17:30 horas.