Isabella Weber, economista de la Universidad de Massachusetts Amherst, sostiene que la inflación se remonta al aumento del poder de mercado de unas pocas corporaciones, lo que les permite incrementar los precios y, por tanto, sus ganancias.
Esta perspectiva, que alguna vez fue poco ortodoxa, ha ganado la aceptación generalizada, ya que, según se informa, los gigantes de consumo como PepsiCo y Procter & Gamble continuaron aumentando sus precios más allá de cualquier incremento en sus costos. Los márgenes de ganancias de las empresas del S&P 500 han crecido a niveles sin precedente en las últimas tres décadas.
De acuerdo con la sugerencia de Weber, algunos gobiernos europeos han intervenido para limitar las ganancias de las empresas y garantizar la asequibilidad de los productos básicos para los consumidores. Un ejemplo reciente es el gobierno francés, que negoció un acuerdo con 75 fabricantes de alimentos para bajar los precios en respuesta a la disminución de los costos de las materias primas.
Los ciudadanos también están tomando medidas proactivas contra la supuesta especulación.
Weber recomienda que mientras “navegamos por este periodo de transición económica, es más importante que nunca vigilar de cerca el comportamiento corporativo y su impacto en la inflación, ya que al hacerlo, se puede trabajar hacia un futuro económico más equilibrado y sostenible, donde se fomente el dinamismo del mercado, se frenen los excesos y la riqueza se distribuya de manera más equitativa. En última instancia, no se trata sólo de comprender el concepto de la “codicia”, sino también de fomentar una economía más resiliente e inclusiva que beneficie a todas las partes interesadas”.